Me llevó 15 días no darme cuenta que la Luna no brilla con intensidad y regularidad en las noches parisinas, belgas y londinenses ¡Con tantas nubes es imposible! Hoy, al fin la vi, arriba jugando entre las nubes y escapando de ella. Yo, una lunática, olvidándola, que horror. Hoy nos levantamos bien temprano para ir al Museo de Louvre, era tan temprano que los jardines de las Tullerias estaban completamente vacíos (salvo por cuervos, palomas y algunas personas trotando) y así eran mucho más hermosos. También estaban increíblemente limpios, como si nadie hubiese estado allí ayer.
Llegar temprano a los lugares te da ventajas: las colas son menos largas, las exhibiciones tienen menos gente y gozas de más tiempo para ver y sin empujones; hay que aceptar que la gente es floja. El museo es gigantesco y posee piezas de arte y esculturas de cada parte del mundo y de cada época; del renacimiento tiene cantidades industriales, las hay pequeñas, grandes, ovaladas, circulare, religiosas, satánicas, famosas, nulas... Es simplemente increíble y digno de admirar... O lo hubiese sido si no estuviera con personas a las que les aburren los museos y solo querían ver a la Mona Lisa y a la Venus de Milo (lo cual hicimos y eran las exposiciones con más gente [típico] mientras que habían otras partes del museo que estaban desiertas) también los arrastré a una muestra de esculturas de cualquier-parte-del-mundo-que-no-es-Europa y luego dejamos a mi madre y hermana en la cafetería para poder ver los apartamentos de Napoleón.
Wow. Quiero decir: WOOOOOOOOOOOW. Indescriptible es una buena palabra para describirlos, son elegantes, ostentosos, inmensos, lujosos, majestuosos y muchos sinónimos que puedan pensar. Si ayer pensaba que Versailles es hermoso y lujoso era porque no conocía estos, el Palacio se queda loco ante tanta majestuosidad; también estaban algunas de las joyas de la corona francesa (había una tiara que deseaba tuviese mi nombre en ella) y salir de los dominios de Napoleón fue bastante complicado, pero regresamos con mi madre y hermana que nos esperaban impacientes.
Al salir, encontramos que la cola del museo era considerablemente larga e iba a comenzar a llover (puntos para levantarse temprano), mis padres se fueron caminando hacia el hotel y Anto y yo nos fuimos en dirección a la Opera Garnier, ya que me iba a encontrar con una compañera de clases allá. Caminamos por el Boulevard de la Madeleine y vimos las famosas galerías Lafayette y la Escuela Nacional de Música, que queda justo en frente de la plaza de la Opera, donde nos sentamos (si, en una islita el medio de la calle) a esperar, éramos un par de vagabundas con estilo. Una señora asiática se acercó a preguntarnos una dirección en lo que era un enredo de chino con francés y le dije que por favor me hablara en inglés, ella pareció aliviada y yo también. Luego de eso bajamos a estación (la cual recorrimos como mil veces) y unas chicas se nos acercaron a preguntarnos si vivíamos allí porque habían comprado unos tickets para el fin de semana y ellas ya estarían allí, al parecer teníamos caras de francesas hoy.
Como mi compañera no llegó, nos regresamos al hotel y dormimos un rato, ya hacia el final de la tarde fuimos de nuevo al café a comer nuestro último postre parisino y luego de vuelta al hotel para ordenar las maletas, al cual regresamos cantando mientras llovía.
PD: la Joconda no es tan pequeña como creía.
17 sept 2013
Día 14 - Re-conociendo
Hay algo con volver a los lugares (o a hacer algo) que te hace pensar que todo será igual y resulta siendo diferente, como cuando te gusta mucho algo y dejas de tenerlo por un tiempo y cuando regresas te das cuenta que era mucho mejor tu recuerdo que la realidad. Algún filósofo (Aristóteles, creo) dijo que al salir y entrar en un río no somos ni la misma persona, ni es el mismo río, por eso hoy, que regresamos al Sacré Cour quedé impactada nuevamente de su inmensidad y perfección, no cabe duda de que es una iglesia hermosa y merece toda la veneración que le tienen. Sin embargo, no regresamos a ver la iglesia, sino que estuvimos buscando una de las calles más bohemias de París, donde actúan mimos, pintores, músicos, entre otros, pero no pudimos encontrarla y nadie sabía de que les hablábamos. Que lastima.
Como queríamos hacer un picnic nos fuimos hasta los Campos Elíseos, donde con una toalla del hotel como mantel, nos comimos las deliciosas hamburguesas que había hecho mi padre, también disfrutamos de la vista, los vientos fríos y huracanados y las copas de los árboles tiñendose con los colores del otoño. Hasta que una abeja nos atacó y salimos corriendo. Fuimos a la plaza de la Concordia, donde hay un viejo obelisco que los egipcios le regalaron a los franceses hace mucho; es un espacio maravilloso, desde allí se pueden observan las dos agujas de Notre Dame, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la avenida de los campos Elíseos y la cúpula del hotel de Los Inválidos, también da hacia el jardín de las Tullerias, un precioso espacio con muchos cuervos, un par de lagunitas y mucha gente tomando sol; como también comunica con el Louvre, decidimos acercarnos y así caminar el jardín.
La cantidad de turistas era inmensurable, habían altos y bajos que te permitían ver las olas de gente que seguían llegando, pero valía la pena por caminar en un parque tan lindo, lleno de esculturas y laberintos; la pirámide del Louvre es lo primero que ves una vez que dejad el jardín, siendo majestuosamente transparente y súper hermosa y cuando ves hacia atrás te das cuenta de lo inmenso que es el museo. Nos regresamos para buscar a mi mamá que se había quedado a descansar en uno de los laguitos y caminamos cantando por la avenida de los campos Elíseos que estaba completamente llena por ser hora tope. Pero Antonieta quería comprar un par de marca libros en la cima del Arco del Triunfo así que nos tocó. Esta vez el ascenso se me hizo muuuuucho más rápido y menos cansón que la primera vez, quizás porque fue una sola cola desde que entramos hasta que llegamos a la cima que no estaba tan atestada como parecía. La vez pasada habíamos llegado al atardecer y fue hermoso, la mejor hora para ver París y disfrutar de la Torre prendida desde las alturas, esta vez fue... Menos lindo. Así que compramos los marca libros y bajamos. Tampoco estaba la inmensa bandera de Francia y esta vez se me hizo mucho más fácil encontrar el nombre de Miranda. Como no estaba haciendo tanto frío ni el suelo estaba húmedo (¡al fin!) me tomé un par de fotos con las zapatillas y el arco; simplemente adoro como me ve la gente cuando me paro en puntas y como todos quedan maravillados con las poses simples y el equilibrio.
Habiendo terminado allí, bajamos hasta el Sena y caminamos hacia la Torre Eiffel, los jardines de Trocadero estaban cerrados y comenzaba a nublarse de nuevo, así que huimos a nuestro café favorito por un postre y luego al hotel.
PD: aprendan: día soleado no significa caluroso. No se confundan.
PD2: tampoco confíen en los mapas, todo siempre está más cerca de lo que parece.
Como queríamos hacer un picnic nos fuimos hasta los Campos Elíseos, donde con una toalla del hotel como mantel, nos comimos las deliciosas hamburguesas que había hecho mi padre, también disfrutamos de la vista, los vientos fríos y huracanados y las copas de los árboles tiñendose con los colores del otoño. Hasta que una abeja nos atacó y salimos corriendo. Fuimos a la plaza de la Concordia, donde hay un viejo obelisco que los egipcios le regalaron a los franceses hace mucho; es un espacio maravilloso, desde allí se pueden observan las dos agujas de Notre Dame, la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la avenida de los campos Elíseos y la cúpula del hotel de Los Inválidos, también da hacia el jardín de las Tullerias, un precioso espacio con muchos cuervos, un par de lagunitas y mucha gente tomando sol; como también comunica con el Louvre, decidimos acercarnos y así caminar el jardín.
La cantidad de turistas era inmensurable, habían altos y bajos que te permitían ver las olas de gente que seguían llegando, pero valía la pena por caminar en un parque tan lindo, lleno de esculturas y laberintos; la pirámide del Louvre es lo primero que ves una vez que dejad el jardín, siendo majestuosamente transparente y súper hermosa y cuando ves hacia atrás te das cuenta de lo inmenso que es el museo. Nos regresamos para buscar a mi mamá que se había quedado a descansar en uno de los laguitos y caminamos cantando por la avenida de los campos Elíseos que estaba completamente llena por ser hora tope. Pero Antonieta quería comprar un par de marca libros en la cima del Arco del Triunfo así que nos tocó. Esta vez el ascenso se me hizo muuuuucho más rápido y menos cansón que la primera vez, quizás porque fue una sola cola desde que entramos hasta que llegamos a la cima que no estaba tan atestada como parecía. La vez pasada habíamos llegado al atardecer y fue hermoso, la mejor hora para ver París y disfrutar de la Torre prendida desde las alturas, esta vez fue... Menos lindo. Así que compramos los marca libros y bajamos. Tampoco estaba la inmensa bandera de Francia y esta vez se me hizo mucho más fácil encontrar el nombre de Miranda. Como no estaba haciendo tanto frío ni el suelo estaba húmedo (¡al fin!) me tomé un par de fotos con las zapatillas y el arco; simplemente adoro como me ve la gente cuando me paro en puntas y como todos quedan maravillados con las poses simples y el equilibrio.
Habiendo terminado allí, bajamos hasta el Sena y caminamos hacia la Torre Eiffel, los jardines de Trocadero estaban cerrados y comenzaba a nublarse de nuevo, así que huimos a nuestro café favorito por un postre y luego al hotel.
PD: aprendan: día soleado no significa caluroso. No se confundan.
PD2: tampoco confíen en los mapas, todo siempre está más cerca de lo que parece.
Día 13 - ¡Versailles!
Nadie se tomó la molestia de decirme lo serio que son los reportes del clima en países como este ¿Reporte del clima? Ja! En Venezuela solo publican: parcialmente nublado con posibilidad de lluvia (exagero) es por ello que prácticamente era la única persona en sandalias. Y falda. SANDALIAS Y FALDA EN UN DÍA PRONOSTICADO COMO EL MÁS LLUVIOSO DE LA SEMANA! Ok, eso era todo, necesitaba decirlo. Hoy nos despertamos temprano para ir al Palacio de Versailles, solo para encontrarnos con un día medianamente gris; o eso es lo que pensaba hasta que salí del hotel y la tonta llovizna me nubló los lentes, caminamos hasta la estación de metro temiendo que el furioso viento nos arrojara lejos o que el agua nos helara hasta los hueso. Sobrevivimos precariamente a ambas, claro. Al llegar a la ville de Versailles el panorama no fue mejor, se auguraban fuertes tormentas y oleadas de muchos turistas.
El castillo es una cosa monumental, al igual que el tamaño de la cola para entrar (en la cual llovía y todos me miraban con condescendencia), las verjas están rechapadas en oro y se alzan ante el castillo, toda la entrada es de adoquines (que claramente no se hicieron pensando en lindas sandalias sino en caballos y carruajes) y cuando te dan el mapa te das cuenta de que el castillo más bien es pequeño comparado con el resto de la propiedad. Sin embargo, no hay que negar que el lujo y la presencia de lo ostentoso en todo lo exhibido era lo que más adoraba la realeza francesa (francamente me podía ver viviendo en esas habitaciones, recorriendo esos pasillos y leyendo un buen libro en cualquier parte del jardín). El primer piso te narra la evolución del castillo y las modificaciones que le hizo cada rey, también te muestran las habitaciones del rey en el medio del palacio (eeeeeegoooooo) acompañadas de su pre-cámara y post-cámara y el pasillo que lo separaba del de la reina (¡Su habitación todavía tiene la decoración que se usó cuando estaba María Antonieta!), sinceramente: eran un par de reyes meones. El rancio olor a orine es prominente en sus cuartos. Y las camas eran muy extrañas, altas, pero cortas, bastante curiosas.
Es increíble como tenían salones para todo: estaba el salón de la guerra, el de la paz, el de Apolo, el de Hercules, etc... Todos los cuartos y salones tenían chimeneas en las cuales fácilmente entraría un tronco completo (las cuales quería encender) y las puertas también estaban bañadas en oro ¡Hasta tiene una enorme capilla interna! Pero bueno, vivir como reyes a veces puede tener un precio muy alto y te hace perder la cabeza. No hay que negar que la abundancia de ventanas hacen que el palacio tenga buena vista de los jardines desde cualquier punto, sobre todo desde la sala de los espejos (donde eran los bailes) que es un salón grande y espacioso como con 10 ventanales, uno de los Louis hizo que replicaran sus formas en el lado opuesto del salón, como un reflejo (y por eso recibe ese nombre)
En el piso de abajo estaban las habitaciones de la corte, todas la hijas del rey y gente cercana las cuales son mucho más pequeñas y con menos cuartos para cada uno. Es importante destacar que el inmobiliario del palacio no es el original, pues mucho se perdió cuando la monarquía lo dejó. Esa es la parte que está abierta al público, claro, además de las preciosas escaleras que adornan el recinto, los suelos del mármol resbaladizo y las pinturas que están regadas en las diferentes salas de como eran y como vivían los de la monarquía en aquella época. Antonieta y yo queríamos ver como eran los dominios de María Antonieta, así que después de una cola eterna bajo la lluvia y muchas miradas de lástima hacia mis pies, nos montamos en un trencito que nos pasearía por los jardines y nos llevaría hasta donde queríamos ¡Eso es casi un bosque! Sé que es el Palacio más grande de Europa, pero jamás pensé que fuera a ser más jardín que palacio. Tienen innumerables fuentes y pequeños sub-jardines dentro de los jardines, caminerias eternas flanqueadas por árboles ancianos, el petit trinón, el grand trinón, los jardines del rey, las flores de la reina, el jardín de Venecia, el de Venus, fuentes musicales ¡Por Cristo! Mareadas por la inmensidad y confundidas de saber si realmente estábamos encaminadas nos bajamos en el Jardín de Venecia y resulta que era en la parada anterior, así que caminamos por los amplios caminos de tierra y árboles, bajo el frío, por lo que pareció una eternidad; yo lo disfruté bastante, mi hermana estaba irritada y cuando llegamos casi ni quería recorrer la casita. Por no mencionar que los dominios de Maria Antonieta son inmensos y yo quería caminarlos todos y Antonieta realmente no quería hacer nada; así que regresamos al trencito y como media hora después estábamos de nuevo en el castillo junto a mis padres, encaminados para regresar a París.
Al llegar estaba lloviendo horriiiible, pero igual fuimos a hacer unas compras, la comodidad y calidez de la tienda era algo que no cambiaría por nada sobre todo cuando parecía un pollito remojado al llegar ¡Y pensar que al salir de allí estaba lloviendo más fuerte! Y me equivoqué y tomé la ruta más larga hacia el hotel y no sentía los dedos de los pies y tenía hambre y la vida era cruel e insensible. Al menos lo fue hasta que llegamos al hotel comimos (helado de postre JE JE) y me sepulté en cómodas y calientes sábanas.
El castillo es una cosa monumental, al igual que el tamaño de la cola para entrar (en la cual llovía y todos me miraban con condescendencia), las verjas están rechapadas en oro y se alzan ante el castillo, toda la entrada es de adoquines (que claramente no se hicieron pensando en lindas sandalias sino en caballos y carruajes) y cuando te dan el mapa te das cuenta de que el castillo más bien es pequeño comparado con el resto de la propiedad. Sin embargo, no hay que negar que el lujo y la presencia de lo ostentoso en todo lo exhibido era lo que más adoraba la realeza francesa (francamente me podía ver viviendo en esas habitaciones, recorriendo esos pasillos y leyendo un buen libro en cualquier parte del jardín). El primer piso te narra la evolución del castillo y las modificaciones que le hizo cada rey, también te muestran las habitaciones del rey en el medio del palacio (eeeeeegoooooo) acompañadas de su pre-cámara y post-cámara y el pasillo que lo separaba del de la reina (¡Su habitación todavía tiene la decoración que se usó cuando estaba María Antonieta!), sinceramente: eran un par de reyes meones. El rancio olor a orine es prominente en sus cuartos. Y las camas eran muy extrañas, altas, pero cortas, bastante curiosas.
Es increíble como tenían salones para todo: estaba el salón de la guerra, el de la paz, el de Apolo, el de Hercules, etc... Todos los cuartos y salones tenían chimeneas en las cuales fácilmente entraría un tronco completo (las cuales quería encender) y las puertas también estaban bañadas en oro ¡Hasta tiene una enorme capilla interna! Pero bueno, vivir como reyes a veces puede tener un precio muy alto y te hace perder la cabeza. No hay que negar que la abundancia de ventanas hacen que el palacio tenga buena vista de los jardines desde cualquier punto, sobre todo desde la sala de los espejos (donde eran los bailes) que es un salón grande y espacioso como con 10 ventanales, uno de los Louis hizo que replicaran sus formas en el lado opuesto del salón, como un reflejo (y por eso recibe ese nombre)
En el piso de abajo estaban las habitaciones de la corte, todas la hijas del rey y gente cercana las cuales son mucho más pequeñas y con menos cuartos para cada uno. Es importante destacar que el inmobiliario del palacio no es el original, pues mucho se perdió cuando la monarquía lo dejó. Esa es la parte que está abierta al público, claro, además de las preciosas escaleras que adornan el recinto, los suelos del mármol resbaladizo y las pinturas que están regadas en las diferentes salas de como eran y como vivían los de la monarquía en aquella época. Antonieta y yo queríamos ver como eran los dominios de María Antonieta, así que después de una cola eterna bajo la lluvia y muchas miradas de lástima hacia mis pies, nos montamos en un trencito que nos pasearía por los jardines y nos llevaría hasta donde queríamos ¡Eso es casi un bosque! Sé que es el Palacio más grande de Europa, pero jamás pensé que fuera a ser más jardín que palacio. Tienen innumerables fuentes y pequeños sub-jardines dentro de los jardines, caminerias eternas flanqueadas por árboles ancianos, el petit trinón, el grand trinón, los jardines del rey, las flores de la reina, el jardín de Venecia, el de Venus, fuentes musicales ¡Por Cristo! Mareadas por la inmensidad y confundidas de saber si realmente estábamos encaminadas nos bajamos en el Jardín de Venecia y resulta que era en la parada anterior, así que caminamos por los amplios caminos de tierra y árboles, bajo el frío, por lo que pareció una eternidad; yo lo disfruté bastante, mi hermana estaba irritada y cuando llegamos casi ni quería recorrer la casita. Por no mencionar que los dominios de Maria Antonieta son inmensos y yo quería caminarlos todos y Antonieta realmente no quería hacer nada; así que regresamos al trencito y como media hora después estábamos de nuevo en el castillo junto a mis padres, encaminados para regresar a París.
Al llegar estaba lloviendo horriiiible, pero igual fuimos a hacer unas compras, la comodidad y calidez de la tienda era algo que no cambiaría por nada sobre todo cuando parecía un pollito remojado al llegar ¡Y pensar que al salir de allí estaba lloviendo más fuerte! Y me equivoqué y tomé la ruta más larga hacia el hotel y no sentía los dedos de los pies y tenía hambre y la vida era cruel e insensible. Al menos lo fue hasta que llegamos al hotel comimos (helado de postre JE JE) y me sepulté en cómodas y calientes sábanas.
15 sept 2013
Día 12 - Chez moi, chez toi
Como Antonieta no había podido dormir, mi mamá me dijo que pusiera despertador ¿Resultado? Nos levantamos casi a mediodía y con ganas nulas de salir a caminar por las calles de París o de visitar algún monumento importante y toda la cosa, en vez de eso mis padres salieron he hicieron mercado pensando en lo mucho que extrañamos la comida con exceso de sal y cocinaron en el hotel, fue completamente un día de quedarse incluso Antonieta (que durmió como 15h) se levantó sintiéndose mucho mejor por lo que en la noche fuimos a un hermoso café al que le hemos agarrado gusto, también encontramos unas lindas tiendas con muy linda ropa.
¿Es extraño tener un día de cosas normales durante las vacaciones? No. A veces es necesario.
¿Es extraño tener un día de cosas normales durante las vacaciones? No. A veces es necesario.
Día 11 - Au revoir Londres, hello Paris... Oh, wait!
Hoy me desperté incluso más temprano que ayer, iría con mi mamá a recorrer los jardines de Kensington y un poco de Hyde Park... O ese era el plan hasta que Antonieta tuviese una picazón incontenible en manos y pies; como última instancia (después de consultar por días a una tía y prima telefónicamente sobre lo que sucedía con mi hermana) y por mi sugerencia (después de varias idas y venidas a la farmacia que estaba cerrada) fuimos al hospital. Conocer un hospital de otro país nunca había estado en mi lista de ambiciones, pero debo decir que fue una experiencia satisfactoria. Entramos por la emergencia, nos registramos, una enfermera revisó a mi hermana y luego la examinó la doctora; la cual la diagnosticó con el virus de manos, pies y boca (un virus que causa picazón incontrolable en las manos y pies e hinchazón de las encías, fiebre ocasional también) del cual no teníamos idea de que existía y la doc fue muy amable en imprimirnos la información ¿Cosas positivas de la experiencia? Se que puedo hablar de condiciones clínicas en inglés, aprendí a decir encía en ese idioma y comprobé la eficiencia que tienen en países del primer mundo con respecto a la salud. Hablo de que en un rango de dos horas fuimos atendidos, procesados, orientados y expulsados (con examen de orina incluido, cabe agregar); además de que las instalaciones estaban impecables y tenían insumos suficientes para todo y fueron súper amables y hospitalarios (sin juego de palabras) Gracias Saint Mary's Hospital.
¿Lo malo? Había perdido mi paseo por los parques y mi hermana se había desasido de su pesada maleta ¿ Qué hicieron con ella? Muy fácil, me la dieron a mi para que lidiara con ella de camino a la estación de trenes y con mi muy justificado malhumor jamás iba a conseguir que los lindos británicos se acercaran a mí. Da igual, los franceses son más juguetones. Después de cargar con la tonta maleta y llegar a la estación de trenes se hizo la hora del check-in así que ni tiempo tuve de mirar ST Pancras. What a shame. Casi de inmediatos abordamos y por las siguientes tres horas estuve o leyendo o durmiendo en dirección a París, haciéndole notar a todo el mundo (mis padres) mi irritación con la vida (ignorenme siendo totalmente adolescente aquí) hasta que terminé el libro y quise llorar y regresé a mi estado de mujer-naturalmente-sonriente-y-predispuesta-a-las-hormonas.
Tenía el chip inglés bien acomodado en mi cerebro, así que cuando el capitán empezó a hablar en francés supe que tenía un problema. Simplemente me había desactivado ¡incluso pedí los tickets en inglés y un tartamudeante francés! Dios, espero que esto mejore. Incluso en el hotel terminé hablando en español (necesito reajustar mis cables allá arriba) París también estaba nublado y todos hablaban de la lluvia de esa mañana, por suerte cuando llegamos ya había escampado y eran casi las seis (lo cual implica que no nos salvamos de la hora tope en el metro con las maletotas)
Jamás había sido tan feliz de dejar caer una maleta al suelo, pero exageré todo dejándome descansar por un par de horas hasta que mi padre me dijo para salir a comprar un dulce y a caminar por allí (salir del confinamiento un rato, si me preguntan) cuando regresamos Anto estaba casi al borde de la locura con la picazón y tuve que bajar de emergencia a hablar con mi prima, conseguimos una solución para calmarle la picazón, pero no creo que su cordura resista tanto (o la mía, mejor dicho)
PD: mientras esperábamos en el hospital que atendieran a mi hermana, llegó una abuelita con un coche y tres muñecas, era una situación bastante chistosa, sobretodo para una señora que simplemente no podía contener la risa.
PD2: Hoy también amaneció lloviendo, sé que es normal en Londres, pero siempre que hemos cambiado de ciudad nos llueve.
PD3: Menos mal que fuimos al hospital en Londres, no estoy segura de como habría solucionado la situación en francés.
PD4: Ayer en la noche mientras dormía me saqué un lente de contacto por lo que me desperté tuerta. Así que vuelvo a ser cuatro ojos.
¿Lo malo? Había perdido mi paseo por los parques y mi hermana se había desasido de su pesada maleta ¿ Qué hicieron con ella? Muy fácil, me la dieron a mi para que lidiara con ella de camino a la estación de trenes y con mi muy justificado malhumor jamás iba a conseguir que los lindos británicos se acercaran a mí. Da igual, los franceses son más juguetones. Después de cargar con la tonta maleta y llegar a la estación de trenes se hizo la hora del check-in así que ni tiempo tuve de mirar ST Pancras. What a shame. Casi de inmediatos abordamos y por las siguientes tres horas estuve o leyendo o durmiendo en dirección a París, haciéndole notar a todo el mundo (mis padres) mi irritación con la vida (ignorenme siendo totalmente adolescente aquí) hasta que terminé el libro y quise llorar y regresé a mi estado de mujer-naturalmente-sonriente-y-predispuesta-a-las-hormonas.
Tenía el chip inglés bien acomodado en mi cerebro, así que cuando el capitán empezó a hablar en francés supe que tenía un problema. Simplemente me había desactivado ¡incluso pedí los tickets en inglés y un tartamudeante francés! Dios, espero que esto mejore. Incluso en el hotel terminé hablando en español (necesito reajustar mis cables allá arriba) París también estaba nublado y todos hablaban de la lluvia de esa mañana, por suerte cuando llegamos ya había escampado y eran casi las seis (lo cual implica que no nos salvamos de la hora tope en el metro con las maletotas)
Jamás había sido tan feliz de dejar caer una maleta al suelo, pero exageré todo dejándome descansar por un par de horas hasta que mi padre me dijo para salir a comprar un dulce y a caminar por allí (salir del confinamiento un rato, si me preguntan) cuando regresamos Anto estaba casi al borde de la locura con la picazón y tuve que bajar de emergencia a hablar con mi prima, conseguimos una solución para calmarle la picazón, pero no creo que su cordura resista tanto (o la mía, mejor dicho)
PD: mientras esperábamos en el hospital que atendieran a mi hermana, llegó una abuelita con un coche y tres muñecas, era una situación bastante chistosa, sobretodo para una señora que simplemente no podía contener la risa.
PD2: Hoy también amaneció lloviendo, sé que es normal en Londres, pero siempre que hemos cambiado de ciudad nos llueve.
PD3: Menos mal que fuimos al hospital en Londres, no estoy segura de como habría solucionado la situación en francés.
PD4: Ayer en la noche mientras dormía me saqué un lente de contacto por lo que me desperté tuerta. Así que vuelvo a ser cuatro ojos.
Día 10 - No comments
Jamás había estado tan feliz por levantarme temprano (o al menos no que recuerde) tomamos el primer bus que salía hacia el centro y nos bajamos frente al Green Park para desayunar, después de atravesar el parque y encontrar un buen lugar para ver el cambio de guardia, preparé la cámara y eso. Es curioso, acá en todos lados te advierten de los (la gente que toma las cosas de tu bolsillo sin que sepas) y siempre te andan recordando que estés pendiente de tus cosas, no me imagino si tuvieran las cifras de robo de Caracas. Había tanta gente reunida para ver el cambio de guardia que es casi increíble que lo hagan todos los días; aunque es bastante emocionante ver el desfile que realizan los oficiales, con sus tambores, trompetas y caballos; como todos los días detienen el tráfico y se organizan. TODOS LOS DÍAS. El palacio de Buckingham y el monumento a la Reina Victoria son hermosos e inmensos, te hacen pensar en lo inalcanzables que se creen (y son) los de la realeza.
Después de eso, caminamos un rato por el parque San James, que tiene una abundante población de aves (cisnes, cuervos, patos, palomas, etc.) y llegamos a Trasfalgar Square, donde dicen que si pasas mucho tiempo viendo la gente pasar eventualmente te encontraras con alguien. Lamentablemente no me dejaron comprobar eso ya que Antonieta se sentía horrible y quería tomar el bus; desde allí caminamos hasta el Big Ben y las casas del Parlamento, el conjunto de edificios es enorme y demasiado precioso, pasaría días si pudiera solo observándolo, tiene tantos detalles que es casi increíble que sigan allí después de tantos años. Por la cercanía, aprovechamos de ver el Palacio y la Abadía de Westminster, que se notan muchos más antiguas y muy bien administradas por los monjecitos.
Encontramos una de las paradas del bus y esperamos para ir al Madame Tussauds, el museo de cera, al que llegamos sorprendentemente rápido (el tráfico de Londres apesta) e inmediatamente entramos. Es increíblemente divertido pasearse por las figuras de cera de famosos y ver las poses ridículas que hace la gente a su alrededor; ah, no crean que no fui la excepción: besé a Taylor Lautner, opaqué a Posh, me tomé una foto de trasero co. Beyonce y me arrodillé junto al hombre araña, pero fue bastante divertido de hacer. También había gente súper divertida, como un judío que sacó su estrella de David y le hizo señas obscenas a Hitler, una fan fingiendo un grito con One direction, chicos tomándose fotos con Cristiano Ronaldo imitando su pose antes de tomar un tiro libre... Déjenme decirles algo: NO HAY MUÑECO DE CERA DE MESSI! Ja!
En el museo también te dan un paseo en trencito y te proyectan una muy buena película 4D de superhéroes, la cual disfrute al lado de unos niños y duuuuuuude, lo mejor que puedes hacer es estar entre niños, su capacidad de impresionabilidad es inagotable y simplemente te hace más feliz, cada vez que ellos saltaban con la sorpresa yo sonreía. Oh, the old good times. Al salir de allí moríamos de hambre y como Anto al fin tenía apetito decidimos aprovechar; pero como no se sentía bien decidimos comer cerca del hotel (mi humor se empezó a alterar, pues eso significaría que no iríamos a Greenwich, como teníamos planeado) y tuvimos que esperar 30 minutos por un bus porque Anto no quería caminar y mi papá estaba irritado porque estábamos "cerca" y luego empezó a llover y el tráfico nos atrapó y fue un recorrido demasiado eterno para algo tan tonto.
Llegamos temprano al hotel, pero solo dejaríamos a mi hermana y mi mamá... O al menos eso pensaba. Resulta que nadie saldría. No quiero hablar al respecto, pero estaba de un humor terrible por desperdiciar mi última noche en una ciudad que me había gustado tanto.
Después de eso, caminamos un rato por el parque San James, que tiene una abundante población de aves (cisnes, cuervos, patos, palomas, etc.) y llegamos a Trasfalgar Square, donde dicen que si pasas mucho tiempo viendo la gente pasar eventualmente te encontraras con alguien. Lamentablemente no me dejaron comprobar eso ya que Antonieta se sentía horrible y quería tomar el bus; desde allí caminamos hasta el Big Ben y las casas del Parlamento, el conjunto de edificios es enorme y demasiado precioso, pasaría días si pudiera solo observándolo, tiene tantos detalles que es casi increíble que sigan allí después de tantos años. Por la cercanía, aprovechamos de ver el Palacio y la Abadía de Westminster, que se notan muchos más antiguas y muy bien administradas por los monjecitos.
Encontramos una de las paradas del bus y esperamos para ir al Madame Tussauds, el museo de cera, al que llegamos sorprendentemente rápido (el tráfico de Londres apesta) e inmediatamente entramos. Es increíblemente divertido pasearse por las figuras de cera de famosos y ver las poses ridículas que hace la gente a su alrededor; ah, no crean que no fui la excepción: besé a Taylor Lautner, opaqué a Posh, me tomé una foto de trasero co. Beyonce y me arrodillé junto al hombre araña, pero fue bastante divertido de hacer. También había gente súper divertida, como un judío que sacó su estrella de David y le hizo señas obscenas a Hitler, una fan fingiendo un grito con One direction, chicos tomándose fotos con Cristiano Ronaldo imitando su pose antes de tomar un tiro libre... Déjenme decirles algo: NO HAY MUÑECO DE CERA DE MESSI! Ja!
En el museo también te dan un paseo en trencito y te proyectan una muy buena película 4D de superhéroes, la cual disfrute al lado de unos niños y duuuuuuude, lo mejor que puedes hacer es estar entre niños, su capacidad de impresionabilidad es inagotable y simplemente te hace más feliz, cada vez que ellos saltaban con la sorpresa yo sonreía. Oh, the old good times. Al salir de allí moríamos de hambre y como Anto al fin tenía apetito decidimos aprovechar; pero como no se sentía bien decidimos comer cerca del hotel (mi humor se empezó a alterar, pues eso significaría que no iríamos a Greenwich, como teníamos planeado) y tuvimos que esperar 30 minutos por un bus porque Anto no quería caminar y mi papá estaba irritado porque estábamos "cerca" y luego empezó a llover y el tráfico nos atrapó y fue un recorrido demasiado eterno para algo tan tonto.
Llegamos temprano al hotel, pero solo dejaríamos a mi hermana y mi mamá... O al menos eso pensaba. Resulta que nadie saldría. No quiero hablar al respecto, pero estaba de un humor terrible por desperdiciar mi última noche en una ciudad que me había gustado tanto.
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13 sept 2013
Día 9 - Kinda London...
No creo que Londres le haga bien a mi cabello. I mean, tendría una colección de gorros si viviera aquí. Nos levantamos temprano y desayunamos con un "típico desayuno británico" (me entero que tal cosa existe) el cual consiste en tocineta, frijoles en salsa de tomate, huevos y salchicha, estaba excelente. Compramos unos tickets para esos bus de turistas que te dan recorrido por toda la ciudad y creo que fue una de las mejores cosas que pudimos hacer con eso de que tenemos pocos días y Antonieta no se siente bien y no puede caminar tanto. Las vistas desde el autobús son geniales (desde arriba, por supuesto) a pesar de que se siente mucho más el frío vale la pena.
Una de las ventajas de estos buses es que te van narrando la historia de los lugares, qué pasó y por qué es tan celebre, también te dicen muchas cosas innecesarias y te ponen el himno como mil veces por lo lento que va el tráfico ¿Pero que se le puede hacer? Al principio no tenía idea de que los londinenses fueran pioneros en tantas cosas: tuvieron las primeras escaleras mecánicas del mundo, las primeras marquesinas, algo así como el record con más cosas destruidas por incendios (en serio, siempre hablan de los muchos incendios). Creo que hoy descubrí por qué me gusta Londres: a pesar de que tiene ese aire europeo, no se ha quedado en solo lo viejo como Italia o Francia, esta ciudad tiene espectaculares edificaciones de la arquitectura moderna, combinan los patrimonios que no fueron destruidos con los nuevos, le dan espacio a ambas cosas: la tradición y la evolución, creo que esta integración es hermosa.
Algo de lo que no tenía idea era de que se divide en dos: el viejo Londres y el nuevo, con alcaldes independientes y todo. Quisimos dar una vuelta de reconocimiento así que desde el bus vimos Picadilly, Oxford Street, Convent Garden, el Palacio de Buckingham, el Big Ben, Trafalgar square, Mayfaire, Harrods y todo de lo que has escuchado que se puede ver. Nos bajamos en la Catedral de San Pablo (que es bellísima y no se permiten fotos) y mi papá compró unas galletas que son como el cielo en la tierra y comprendí completamente por qué todos hablan de los bizcochos londinenses es porque son DELICIOSOS! -ok,ya- caminamos un poco y paseamos por el viejo Londres, llegando así al Tower Bridge, que es el puente precioso que todos identifican como si fuera el único que cruzara el Támesis (¿Sabían que antes se necesitaban más de 80 hombres para operar el puente?) lo cruzamos y llegamos a la torre de Londres, donde están guardadas las joyas de la corona, los cuervos y la torre blanca.
Dice la leyenda que si se espantan los cuervos o si ellos se van de ese lugar, el reino caerá. Nadie los ha corrido, claro está. Este edificio es como un portal a la era medieval, hay armaduras, espadas, corredores, cañones y artillería digna de una guerra para hace unos siglos, casi esperaba que en cualquier momento llegara alguien a caballo por los enormes pasillos claramente diseñados para ello. También me pareció muy mórbido todo eso de las decapitaciones, métodos de tortura y cosas que parecen menos reales que cuando estas en un lugar así.
Otra cosa que me pareció increíble fue la devoción que le tienen a la reina y como le hemos dado valor a las piedritas que brillan. Quiero decir, la cantidad de piedras preciosas que tienen los artefactos de antiguos reyes es estúpida, ok, entiendo que se supone que demuestra poder y todo aquello, pero piensenlo bien, son solo piedras escasas u brillantes (vale, quizás quisiera un par pero solo porque son muy hermosas). El pabellón de la reina te hace pensar como si casi fuera un honor que ella fuera tu dirigente, es bastante tenebroso, a decir verdad; no puedo imaginarme criando a un niño para que ponga a la reina en el mismo escalón que Dios.
Después de ver las joyas de la corona, salimos a tiempo para presenciar el cambio de guardia que hacen aquí, que es una versión a escala del que hacen en Buckingham, fue bastante divertido y con mucha menos gente. Además descubrí el truco en la seriedad de los guardias, solo tienes que buscar un punto fijo y jamás dejar de mirarlo, quien intenta molestarte en algún momento se aburrirá. También fuimos a ver a los cuervos que eran inmeeeeeeeeeensos, Dios, como odio a esos bichos, son tan... Desconfiables (y los hay que si en todos lados)
Una vez que terminamos con la torre de Londres, regresamos al bus y esperamos que terminara la ruta (convenientemente cerca del hotel) ya que Antonieta se sentía terrible.
PD: mi felicidad por estar en Londres es inversamente proporcional a la cantidad de cosas que dejamos de hacer por día y a la hora que llegamos al hotel.
PD2: adoro este clima helado.
PD3: también adoro el inodoro semi-térmico del hotel.
Una de las ventajas de estos buses es que te van narrando la historia de los lugares, qué pasó y por qué es tan celebre, también te dicen muchas cosas innecesarias y te ponen el himno como mil veces por lo lento que va el tráfico ¿Pero que se le puede hacer? Al principio no tenía idea de que los londinenses fueran pioneros en tantas cosas: tuvieron las primeras escaleras mecánicas del mundo, las primeras marquesinas, algo así como el record con más cosas destruidas por incendios (en serio, siempre hablan de los muchos incendios). Creo que hoy descubrí por qué me gusta Londres: a pesar de que tiene ese aire europeo, no se ha quedado en solo lo viejo como Italia o Francia, esta ciudad tiene espectaculares edificaciones de la arquitectura moderna, combinan los patrimonios que no fueron destruidos con los nuevos, le dan espacio a ambas cosas: la tradición y la evolución, creo que esta integración es hermosa.
Algo de lo que no tenía idea era de que se divide en dos: el viejo Londres y el nuevo, con alcaldes independientes y todo. Quisimos dar una vuelta de reconocimiento así que desde el bus vimos Picadilly, Oxford Street, Convent Garden, el Palacio de Buckingham, el Big Ben, Trafalgar square, Mayfaire, Harrods y todo de lo que has escuchado que se puede ver. Nos bajamos en la Catedral de San Pablo (que es bellísima y no se permiten fotos) y mi papá compró unas galletas que son como el cielo en la tierra y comprendí completamente por qué todos hablan de los bizcochos londinenses es porque son DELICIOSOS! -ok,ya- caminamos un poco y paseamos por el viejo Londres, llegando así al Tower Bridge, que es el puente precioso que todos identifican como si fuera el único que cruzara el Támesis (¿Sabían que antes se necesitaban más de 80 hombres para operar el puente?) lo cruzamos y llegamos a la torre de Londres, donde están guardadas las joyas de la corona, los cuervos y la torre blanca.
Dice la leyenda que si se espantan los cuervos o si ellos se van de ese lugar, el reino caerá. Nadie los ha corrido, claro está. Este edificio es como un portal a la era medieval, hay armaduras, espadas, corredores, cañones y artillería digna de una guerra para hace unos siglos, casi esperaba que en cualquier momento llegara alguien a caballo por los enormes pasillos claramente diseñados para ello. También me pareció muy mórbido todo eso de las decapitaciones, métodos de tortura y cosas que parecen menos reales que cuando estas en un lugar así.
Otra cosa que me pareció increíble fue la devoción que le tienen a la reina y como le hemos dado valor a las piedritas que brillan. Quiero decir, la cantidad de piedras preciosas que tienen los artefactos de antiguos reyes es estúpida, ok, entiendo que se supone que demuestra poder y todo aquello, pero piensenlo bien, son solo piedras escasas u brillantes (vale, quizás quisiera un par pero solo porque son muy hermosas). El pabellón de la reina te hace pensar como si casi fuera un honor que ella fuera tu dirigente, es bastante tenebroso, a decir verdad; no puedo imaginarme criando a un niño para que ponga a la reina en el mismo escalón que Dios.
Después de ver las joyas de la corona, salimos a tiempo para presenciar el cambio de guardia que hacen aquí, que es una versión a escala del que hacen en Buckingham, fue bastante divertido y con mucha menos gente. Además descubrí el truco en la seriedad de los guardias, solo tienes que buscar un punto fijo y jamás dejar de mirarlo, quien intenta molestarte en algún momento se aburrirá. También fuimos a ver a los cuervos que eran inmeeeeeeeeeensos, Dios, como odio a esos bichos, son tan... Desconfiables (y los hay que si en todos lados)
Una vez que terminamos con la torre de Londres, regresamos al bus y esperamos que terminara la ruta (convenientemente cerca del hotel) ya que Antonieta se sentía terrible.
PD: mi felicidad por estar en Londres es inversamente proporcional a la cantidad de cosas que dejamos de hacer por día y a la hora que llegamos al hotel.
PD2: adoro este clima helado.
PD3: también adoro el inodoro semi-térmico del hotel.
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Día 8 - I'm loooooooving it
Amanecimos a 11• y yo no pudiese estar más feliz ¡Nos vamos a Londres! Así que prácticamente andaba dando saltitos por la calle mientras llevaba la maleta, como no habíamos comprado los boletos de tren, nos fuimos temprano a la estación, conseguimos entrar en el tren de la una, pero era muy temprano así que Antonieta y yo vagamos libremente por la Gare du Midi de Bruselas, es bastante grande y cómoda, ofrece destinos tanto para el exterior como el interior del país y es bastante limpia, ya cuando se hacia la hora nos fuimos a la sala de espera para abordar (realmente no creo que se llame así) donde (POR FIN) todos hablaban en inglés y yo simplemente lo sentía como casa; no me malinterpreten: adoro el francés pero aun sé muy poco y es insoportable no entenderlo del todo. Resulta que para ir a Londres es como si fueras a tomar un vuelo, tienes que esperar que llamen tu fila, pasar por inmigración, pasar por los detectores de metales, etc (me sorprende bastante porque para moverte en Europa lo que necesitas es tomar un tren) después de pasar por todo eso por fin entramos al tren, que iba de espaldas y pasó por el Eurotunel, un túnel que pasa por debajo del agua, actualmente solo tiene dos destinos directos: Bruselas y París.
En menos de una hora, ya estábamos en la capital de Inglaterra y yo sucumbía ante el dulce acento de los británicos, tomamos el metro (que aunque es inmenso no es tan complicado como el de París) y nos detuvimos en la estación que yo había marcado con el hotel. Resultó que terminamos en alguna parte de Soho y Oxford Street caminando con las maletas, mientras yo estaba encanta con los grandes almacenes, las tiendas de música, el frío y la tenue lluvia; mis padres y mi hermana estaban exasperados por no encontrar el hotel, así que paramos un taxi y resultó que estábamos lejiiiiiiiisimo. Bueno, en algún momento me tenía que equivocar (¿Quien sabe en lo que estaría pensando cuando anoté esa dirección?) el hotel es "acogedor" es pequeño y los cuatro con las maletas no cabemos en el ascensor.
Al tardarnos tanto en encontrar el hotel (ups) no salimos sino para cenar. No puedo evitar sonreír cada vez que percibo el acento británico, aunque debo decir que es menos pronunciado de lo que esperaba. Acá manejar y ser peatón es tan complicado que las calles en los cruces tienen anotadas con pintura blanca hacia que lado debes mirar; los vagones de metro son súper bajitos y las escaleras eléctricas que te llevan al exterior tienen mucha publicidad y mensajes divertidos. He visto poco de la ciudad, pero no puedo pensar que no me vaya a gustar.
Después de cenar y acomodarnos bien en el hotel (y de rogarle mucho a mi padre) nos fuimos a la Roundhouse, a ver si podíamos llegar al toque de los Artic Monkeys por el iTunes festival, pero ya era muy tarde. Incluso había gente con tickets (nosotros no teníamos, solo los podían obtener aquellos que viven en el UK) que no iba a pasar porque habían llegado más tarde de lo acordado ¡Y con tickets! Yo me muero.
Por las mismas nos regresamos al hotel, pero les puedo decir algo con esta leve impresión: Londres promete.
PD: debieron ver el show de mi hermana cargando la maleta que casi es de su tamaño, me reí tanto que casi lloré de la risa. Aunque la condenada tiene suerte; siempre encontraba un británico que se ofreciera a llevarle la maleta por las escaleras.
PD2: No sabes cuanto amas el inglés hasta que ves lo fácil y hermoso que es.
En menos de una hora, ya estábamos en la capital de Inglaterra y yo sucumbía ante el dulce acento de los británicos, tomamos el metro (que aunque es inmenso no es tan complicado como el de París) y nos detuvimos en la estación que yo había marcado con el hotel. Resultó que terminamos en alguna parte de Soho y Oxford Street caminando con las maletas, mientras yo estaba encanta con los grandes almacenes, las tiendas de música, el frío y la tenue lluvia; mis padres y mi hermana estaban exasperados por no encontrar el hotel, así que paramos un taxi y resultó que estábamos lejiiiiiiiisimo. Bueno, en algún momento me tenía que equivocar (¿Quien sabe en lo que estaría pensando cuando anoté esa dirección?) el hotel es "acogedor" es pequeño y los cuatro con las maletas no cabemos en el ascensor.
Al tardarnos tanto en encontrar el hotel (ups) no salimos sino para cenar. No puedo evitar sonreír cada vez que percibo el acento británico, aunque debo decir que es menos pronunciado de lo que esperaba. Acá manejar y ser peatón es tan complicado que las calles en los cruces tienen anotadas con pintura blanca hacia que lado debes mirar; los vagones de metro son súper bajitos y las escaleras eléctricas que te llevan al exterior tienen mucha publicidad y mensajes divertidos. He visto poco de la ciudad, pero no puedo pensar que no me vaya a gustar.
Después de cenar y acomodarnos bien en el hotel (y de rogarle mucho a mi padre) nos fuimos a la Roundhouse, a ver si podíamos llegar al toque de los Artic Monkeys por el iTunes festival, pero ya era muy tarde. Incluso había gente con tickets (nosotros no teníamos, solo los podían obtener aquellos que viven en el UK) que no iba a pasar porque habían llegado más tarde de lo acordado ¡Y con tickets! Yo me muero.
Por las mismas nos regresamos al hotel, pero les puedo decir algo con esta leve impresión: Londres promete.
PD: debieron ver el show de mi hermana cargando la maleta que casi es de su tamaño, me reí tanto que casi lloré de la risa. Aunque la condenada tiene suerte; siempre encontraba un británico que se ofreciera a llevarle la maleta por las escaleras.
PD2: No sabes cuanto amas el inglés hasta que ves lo fácil y hermoso que es.
12 sept 2013
Dia 7 - Mal de quinceañeras
En Europa en esta época del año, donde anochece casi a las nueve de la noche, es casi ridículo poner un despertador. Así que simplemente dejé de hacerlo. Por lo que hoy nos levantamos casi a mediodía ¿Podría quejarme? Tal vez, pero llevamos una semana caminando por todos lados y creo que nos merecíamos esto; Antonieta amaneció incluso peor que ayer, aun tiene fiebre y decidió no salir del hotel, así que solo mis padres y yo nos encaminamos al Parque Cincuentenario de Bruselas, que es un lugar muy relajante, cuidado y verde, es perfecto para leer o simplemente salir a disfrutar y a aprovechar del día soleado (o al menos eso hacía un grupo de chamos que andaba con un juego parecido al criquet) al final del parque hay unos edificios antiguos y enormes a lados opuestos de la calle que al unirse forman un arco inmenso en el que en el medio cuelga una gran bandera del Bélgica. Como en el Arco del Triunfo. A decir verdad, Bruselas tiene muchas similitudes con París ( una Catedral de Notre Dame, un Arco con una bandera, no sé qué más, pero me parecen parecidas). En fin, resulta que había una feria del automóvil y mi padre no perdió la oportunidad para entrar, vimos carros desde la época de los carruajes halados a caballo hasta los más modernos carros ecológicos; además tenían como paneles donde decían los avances que había realizado cada año (invención y aplicación del cinturón de seguridad, aire acondicionado, ventanas eléctricas, etc) Fue bastante educativo.
Ya con hambre, decidimos regresar a la Gran Plaza para comer y ver si entrábamos al Museo o a la Catedral de la ciudad. Resultó que no fuimos a ninguno. Después de comer, mis padres consideraron que era mejor volver al hotel y chequear a mi hermana, mi papá se levantó casi con torticulis y el dolor le estaba volviendo.
Algo que he notado y no les he mencionado es que ¡Los belgas no huelen mal! Quizás si sea cosa de los franceses, pero no tienen idea de cuanto me alegran que no lo hagan. También es bueno que sepan que casi todas las estaciones tienen obras de artes de algún pintor o escultor del país, lo cual hace más agradable los paseos y que te distraigas mientras esperas por el tren.
Llegamos al hotel y encontramos a mi hermana bañada y vestida, lista para disfrutar del wi-fi del lobby ¿Enferma, ella? Naaaah. Ordenó su maletas y bajó, resulta que subió casi a medianoche porque no tenía sueño y ellos preocupados. *puff*
PD: no voy a decir que estoy decepcionada de mi día, pero estoy decepcionada de mi día.
PD2: estos dudes son raros, hacen cualquier cosa con el pene del pobre niño que orina ¿No me creen? Vean la foto de más abajo.
Ya con hambre, decidimos regresar a la Gran Plaza para comer y ver si entrábamos al Museo o a la Catedral de la ciudad. Resultó que no fuimos a ninguno. Después de comer, mis padres consideraron que era mejor volver al hotel y chequear a mi hermana, mi papá se levantó casi con torticulis y el dolor le estaba volviendo.
Algo que he notado y no les he mencionado es que ¡Los belgas no huelen mal! Quizás si sea cosa de los franceses, pero no tienen idea de cuanto me alegran que no lo hagan. También es bueno que sepan que casi todas las estaciones tienen obras de artes de algún pintor o escultor del país, lo cual hace más agradable los paseos y que te distraigas mientras esperas por el tren.
Llegamos al hotel y encontramos a mi hermana bañada y vestida, lista para disfrutar del wi-fi del lobby ¿Enferma, ella? Naaaah. Ordenó su maletas y bajó, resulta que subió casi a medianoche porque no tenía sueño y ellos preocupados. *puff*
PD: no voy a decir que estoy decepcionada de mi día, pero estoy decepcionada de mi día.
PD2: estos dudes son raros, hacen cualquier cosa con el pene del pobre niño que orina ¿No me creen? Vean la foto de más abajo.
9 sept 2013
Día 6 - De paseo avec les ami
Se supone que nos veríamos con mis amigos a las 10 en la Gran Plaza, pero Antonieta amaneció con fiebre y nos demoramos más de lo planeado. Jérôme y Denis ya nos estaban esperando cuando llegamos, la Gran Plaza es enoooooooorme y hermosisisisisima, en el centro se estaba celebrando el Festival de la Cerveza Belga, pero Jero me dijo que usualmente solo tiene flores. Los edificios que están a los costados de la plaza tienen detalles en chapado de oro y se nota que son muy antiguos; hay una estatua de una señora acostada con un perro que se supone que si la manoseas consigues un deseo. Así que eso hicimos.
Cerca está la estatua del Manneken Pis, con la leyenda de que un niño apagó un incendio cuando hacía pipí, por ende fuimos a ver la estatua del niñito que orina donde había DEMASIADA GENTE también habían demasiadas estatuas del pobre niño orinando, orinaba cerveza o chocolate, raramente agua. Del otro lado de la plaza y mucho menos conocida, esta la Jeannekem Pis en un callejón oscuro y olvidado, es una niñita que orina y está detrás de unas rejas para que no se las lleven. Jero me hizo traducir la placa para comprobar mi francés ¡Según él, aprobé! Esa niña está de un lugar donde se especializan en vender la cerveza Delirium, una de las cervezas con más grado de alcohol (tiene 8) ¿Ya les dije que Bélgica es famosa por chocolate y cerveza? Tienen más fábricas y marcas de chocolates de las que pude contar y más de 300 cervezas distintas. Adivinen cual voy a probar yo.
Nos fuimos al Atomiun, que es una estructura conformada por seis átomos de Hierro, fue ideada en los cincuenta como el centro de una exposición, pero luego les gustó y se transformó en un símbolo de la ciudad, puedes subir a la bolas donde te narran la historia de como lo planearon y demás. También está el ascensor más rápido de Europa para los años cincuenta, recorre 5m/seg por el cual llegas a la última bola y te ofrece una hermosa vista de la ciudad, también tiene placas donde dicen a que distancia está cada cosa y así, allí te das cuenta de lo bajo que es el país. Cometí el error de decirle a Denis que no tenía cosquillas y no dejaba de buscarlas. Las encontró. No puedo decir como me siento con eso.
Bajamos del Atomiun y fuimos a almorzar, la comida típica de Bélgica (o de Bruselas idk) son los mejillones así que mi papá pidió una olla de esas cosas, junto con los demás platos. Cuando terminamos de comer (y queríamos rodar) nos fuimos al mini-europe que es un parque en miniatura de los monumentos más famosos de toda Europa, habían países que ni siquiera sabía que estaban en este continente. Jero estaba emocionado y me hacía presionar todos los botones para que sonaran los himnos o los muñequitos de las maquetas hicieran algo, Den también estaba emocionado pero porque me tomara fotos ridículas en los muñecos que había (tampoco dejaba de hacerme cosquillas cada vez que podía) incluso había un lago donde me empujó y me cargó y quedé suspendida sobre el agua y foshdiskd. Fue bastante divertido.
Cuando regresábamos a la Gran Plaza, nos encontramos con un desfile! no teníamos ni idea de por qué, pero estaban desfilando muñecos inmensos llenos de aire como el Manneken Pis, el Atomiun, Tin Tin, la banda, etc. Fue bastante emocionante para mi, que nunca había visto un desfile que no fuera militar o solo de bandas escolares. Terminamos de llegar a la plaza para que mi padre fuera al festival de la Cerveza y nosotros nos fuimos al bar del Ataúd (Si alguien ha leído Vampire Kisses podrá imaginar lo emocionada que estaba) que es como una caverna donde te sirven los tragos en calaveras y las mesas son ataúdes y todo está oscuro y suena rock pesado en los altavoces. Por mala suerte estaba lleno, así que nos pusimos a dar vueltas por allí, encontramos un par de Galerías (la MOOF es bien divertida), un mercadito y un pitufo gigante! El creador de los pitufos (y de Tin Tin) es belga así que hay bastantes cosas de ellos. Dimos otra vuelta por la gran plaza y nos burlamos de los borrachos ¿Se podía esperar otra cosas si el festival estaba abierto desde la mañana? Y la cola para ir al baño era enooooooooooooooorme, luego ellos nos llevaron al hotel y nos quedamos un buen rato hablando hasta que se marcharon. Los extrañaba tanto, tenía como año y medio sin verlos y no recordaba lo mucho que me hacían reír y cuanto disfrutaba pasar el tiempo con ellos.
Mis padres no llegaron hasta más tarde, ellos también la pasaron excelente.
PD: Adoro a mis amigos y que hayan ido hasta allá para verme.
PD2: ¡Ya no sufro para entenderlos cuando hablan francés!
PD3: ellos no hablan flamingo.
Cerca está la estatua del Manneken Pis, con la leyenda de que un niño apagó un incendio cuando hacía pipí, por ende fuimos a ver la estatua del niñito que orina donde había DEMASIADA GENTE también habían demasiadas estatuas del pobre niño orinando, orinaba cerveza o chocolate, raramente agua. Del otro lado de la plaza y mucho menos conocida, esta la Jeannekem Pis en un callejón oscuro y olvidado, es una niñita que orina y está detrás de unas rejas para que no se las lleven. Jero me hizo traducir la placa para comprobar mi francés ¡Según él, aprobé! Esa niña está de un lugar donde se especializan en vender la cerveza Delirium, una de las cervezas con más grado de alcohol (tiene 8) ¿Ya les dije que Bélgica es famosa por chocolate y cerveza? Tienen más fábricas y marcas de chocolates de las que pude contar y más de 300 cervezas distintas. Adivinen cual voy a probar yo.
Nos fuimos al Atomiun, que es una estructura conformada por seis átomos de Hierro, fue ideada en los cincuenta como el centro de una exposición, pero luego les gustó y se transformó en un símbolo de la ciudad, puedes subir a la bolas donde te narran la historia de como lo planearon y demás. También está el ascensor más rápido de Europa para los años cincuenta, recorre 5m/seg por el cual llegas a la última bola y te ofrece una hermosa vista de la ciudad, también tiene placas donde dicen a que distancia está cada cosa y así, allí te das cuenta de lo bajo que es el país. Cometí el error de decirle a Denis que no tenía cosquillas y no dejaba de buscarlas. Las encontró. No puedo decir como me siento con eso.
Bajamos del Atomiun y fuimos a almorzar, la comida típica de Bélgica (o de Bruselas idk) son los mejillones así que mi papá pidió una olla de esas cosas, junto con los demás platos. Cuando terminamos de comer (y queríamos rodar) nos fuimos al mini-europe que es un parque en miniatura de los monumentos más famosos de toda Europa, habían países que ni siquiera sabía que estaban en este continente. Jero estaba emocionado y me hacía presionar todos los botones para que sonaran los himnos o los muñequitos de las maquetas hicieran algo, Den también estaba emocionado pero porque me tomara fotos ridículas en los muñecos que había (tampoco dejaba de hacerme cosquillas cada vez que podía) incluso había un lago donde me empujó y me cargó y quedé suspendida sobre el agua y foshdiskd. Fue bastante divertido.
Cuando regresábamos a la Gran Plaza, nos encontramos con un desfile! no teníamos ni idea de por qué, pero estaban desfilando muñecos inmensos llenos de aire como el Manneken Pis, el Atomiun, Tin Tin, la banda, etc. Fue bastante emocionante para mi, que nunca había visto un desfile que no fuera militar o solo de bandas escolares. Terminamos de llegar a la plaza para que mi padre fuera al festival de la Cerveza y nosotros nos fuimos al bar del Ataúd (Si alguien ha leído Vampire Kisses podrá imaginar lo emocionada que estaba) que es como una caverna donde te sirven los tragos en calaveras y las mesas son ataúdes y todo está oscuro y suena rock pesado en los altavoces. Por mala suerte estaba lleno, así que nos pusimos a dar vueltas por allí, encontramos un par de Galerías (la MOOF es bien divertida), un mercadito y un pitufo gigante! El creador de los pitufos (y de Tin Tin) es belga así que hay bastantes cosas de ellos. Dimos otra vuelta por la gran plaza y nos burlamos de los borrachos ¿Se podía esperar otra cosas si el festival estaba abierto desde la mañana? Y la cola para ir al baño era enooooooooooooooorme, luego ellos nos llevaron al hotel y nos quedamos un buen rato hablando hasta que se marcharon. Los extrañaba tanto, tenía como año y medio sin verlos y no recordaba lo mucho que me hacían reír y cuanto disfrutaba pasar el tiempo con ellos.
Mis padres no llegaron hasta más tarde, ellos también la pasaron excelente.
PD: Adoro a mis amigos y que hayan ido hasta allá para verme.
PD2: ¡Ya no sufro para entenderlos cuando hablan francés!
PD3: ellos no hablan flamingo.
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