16 oct 2012

Te respiro en la ciudad


Nunca sabes cuándo van a pasar las cosas, pero dicen que siempre tienes que estar preparado ¿Cómo te puedes preparar para algo que no tienes ni idea que va a pasar? Realmente nunca me había cuestionado semejante tontería, hasta que un día no estaba preparada y supe que debí estarlo.

                Era un día normal – siempre son días normales – tenía planes para comer con mis amigas y para regresar caminando a casa porque el clima se prestaba para ello; sin embargo, terminé corriendo por las calles de Caracas con tan solo medio almuerzo y la típica felicidad extraña que siempre me invade cuando te voy a ver.

Solo cuando estaba a mitad de camino me detuve a pensar… Entonces fui consciente de lo que antes, muy orgullosamente, había ignorado: me percaté de que había pasado todo el día haciendo diligencias y que probablemente el baño que había tomado en la mañana no era suficiente, que mi cabello estaba sucio porque esa mañana me había dado flojera lavarlo, que estaba sudada y sonrojada por la carrera, que llevaba la camisa de tu equipo favorito, pero que eso no bastaba. También sabía que contaba con poco tiempo, que en menos de cinco minutos ibas a dedicar toda tu atención a algo por más de una hora – algo que disfruto cuando no me distraigo contigo – y que no podía hacer mucho conmigo. Así que entré a un restaurante y até mi cabello en un moño alto, lavé mi cara y esperé a que el rubor se fuera, me tranquilicé un poco y terminé llegando tarde a nuestro encuentro.

Dicen que siempre hay que estar preparados, pero yo no entendía para qué; y realmente nunca lo sabrás hasta que te encuentres con alguien que te haga ser consciente de ti, de tu alrededor, de lo que sientes, de tus sonrisas – de sus sonrisas – de que importa muchísimo que seas la primera persona que te sonríe en el día, de que te vayas a dormir después de sus últimas palabras, de que el estómago se te hace un nudo cuando sabes que lo vas a ver, de que percibes todo más fuerte a su alrededor – como si tan solo estar cerca de él incrementara tu vitalidad – de que ves el mundo en sus ojos y no a través de ellos; ya que muchos pueden tener los ojos azules, pero solo con él te sientes en el cielo.

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