31 dic 2011

Sentido de pertenencia

Llega a su casa y deja su bolso en la mesa de la sala, a medida que camina se descalza los tacones de siete pulgadas que se puso esta mañana, lanza la camisa al suelo y la falda al lavandero; para cuando llega a su cuarto solo está en ropa interior, ese conjunto de encaje negro sobre seda celeste, se para frente al espejo. No está nada mal, es casi delgada, casi alta, casi morena oscura y casi pelinegra. Casi, porque eso siempre fue.

Se sienta en la cama y suspira, mira alrededor y por poco pareciera que no es su propia casa. No se extraña de eso, pues pocas veces fueron las que sintió que perteneció a un lugar. En el colegio mientras todos parecían tener grupos a donde llegar, con quienes hacer las actividades y quienes se preocupaban entre ellos, ella siempre fue intermitente, interactuando con todos pero nunca cómoda a su alrededor. En su casa, con aquellos a quien llamaba familia pero que nunca sintió como tal, pues cada quien vivía confinado en su mundo. Durante la Universidad, ese maravilloso espacio donde tienes la oportunidad de experimentar tanto contigo como con tu ambiente, pero que ella sintió tan extraño y monótono, donde solo veía pasillos y gente, pero nunca personas.

Después de que se graduó, pensó que todo sería diferente, que por fin pertenecería a ese lugar de trabajo, donde hacia lo que amaba y estaría con gente que lo ama también, que después de que comprara su casa y tuviese su carro propio todo iba a estar bien... Pero nada cambió.

Sigue vagando por las calles mirando borrones de gente, encontrando cosas que compartir pero nadie con quien hacerlo. Se siente sola, pero eso no le molesta, lo que la incómoda es no tener ese algo, ese lugar a donde puede llegar, esos brazos que sin importar el nivel de oscuridad siempre la abrazarán, ese sentimiento de pertenecer a algún lugar. Ella, con su amor por el cine, con su fe en el amor, con sus ganas de que la quieran, con sus libros no leídos, con su creencia en los mensajes que tienen todas las películas: que todos tenemos un lugar, con sus falsos encuentros y desencuentros, con su temor a no encontrarlo nunca, con sus ansias de ver su casa, un país, una ciudad, alguien y reconocer que allí sería el lugar donde la magia ocurriría, donde se sentiría en paz y no como la extraña que todos le hacen creer que es. Ese lugar que ella lucha por encontrar y llora por no hacerlo, pero siempre termina por soñarlo. Ella, con su búsqueda insaciable de ese sentimiento.

Mientras todos se preguntan: ¿Está mal eso que ella hace? ¿Está mal eso que ella anhela?. Yo lo único que formulo en mi mente es: ¿No es lo que queremos todos?

Diario de un escritor.

¿A qué le llamas profesional?

Soy quien complace los minutos y pensamientos de una mayoría ignorante. Aficionada a las falsas ideas, poco real, soy quien escribe incoherencias. Sin moral, pervertida, amante de la inexistencia y de su propia cruel inocencia.

Ya hasta estoy descalificada de las cosas productivas de la vida, contradictoria, perfeccionista. Y tres puntos suspensivos…

Escribo, para variar, puras mentiras.

Soy la imagen que te haz creado de quien pasa noches en vela escribiendo frases que te asombran, pero eso soy, nada más y nada menos que la sombra escondida tras las palabras que de una u otra forma te consuelan. Porque escribo, precisamente de ti y de ellos. Y tu realidad me la consumo, me sumerjo en tus problemas.

Cada vez que me lees vas robando mi espíritu.

Sólo eso soy, un lápiz y un papel, y una mano que se mueve al compás de mis pensamientos.
Soy quien se cohibe para no lastimarte. Medio buena, medio mala, y entre tanto que intento no logro ser nada.

Soy tu antojo por la mañana, soy las palabras que quieres escuchar, de quien quieres leer, lo que deseas gritar. Soy la roca que se atraviesa en el camino, que le das forma y te ayuda a avanzar.
Y tu, mi lector, mi ignorante preferido, por quien he de continuar.

Soy una ególatra, narcisista, que aprovecha sus palabras para darle sentido a un texto que le ayude a continuar, y nada más.

No siento, no escucho y tampoco leo a nadie más. Eso soy, y lo que ahora desees imaginar.

Pero tampoco me creas ahora, que no soy más que letras que quieren mil años durar, y no por ser reconocida, sino para que cuando muera quien me lea diga que he resultado difícil de explicar.

Lo tienes, es otra falsedad, no soy más que el peluche de oso marrón de felpa que se esconde en un disfraz de superman, o quizás el que han tirado a la basura cuando entretenidamente leían su modo de pensar.

No soy más, ni para ti ni para los demás, quisiera ¡Eso si! Pero no lo soy y tampoco lo voy a intentar.

Sólo palabras. Yo escritora, sólo frases que con el tiempo se olvidarán.

Yo escritora, quien divaga en las plenitudes de lo insensato.

Yo, sobrepuesta a ideales, a un rostro desprevenido, a una mente que se ha de largar.

Yo, pero más que pensamientos no soy.

Yo escritora, sin ninguna historia, sin ninguna vida, sin ninguna realidad.

Att. ChikRox! <3
28/05/2009
05:27pm

No hay cuadernos

Eso que está arriba lo escribió una muy, muy querida amiga (hermana) que también ama escribir. Recuerdo un día que estábamos sentadas en una parte de la Universidad donde puedes ver los árboles y la gente pasar, discutíamos del oficio, de escribir, de lo que significaba para nosotros y para el mundo. Acordamos que los escritores somos los más viles mentirosos, que mentimos y nos desmentimos, que ligamos realidad con ficción y los lectores nunca se dan cuenta, ellos leen embelesados y creen cada palabra escrita, siempre con la duda de si sucedió o solo se le ocurrió a alguien.

Hace unos años, pensaba que los escritores escribían siempre para el público - y hay muchos que lo hacen - pero que escribir realmente es para ti; es una manera de descargar y drenar los pesares del alma, es una forma de volar sin consumir nada (i)legal, es algo que puedes llegar a disfrutar y que los demás pueden hacerlo también. Tengo muchas amigas lectoras, y como lectora que soy sé que después de terminar un buen libro siempre te quedan esas ganas... Esas ganas de intentarlo por ti misma, de crear un mundo que sumerja a alguien en él, de crear algo tan perfecto que te haga sentir eso que lees.

Y -como con cualquier ganas que te den- ¿Por qué no consumirlas? Escribir no es fácil y que se lea bien es más difícil aun, pero mientras más lo hagas mejor te va a salir. Yo siempre fui muy insegura acerca de lo que escribo y siempre me pareció extraño que a las personas les gustase -siempre lo hace- pero luego entendí que *tal como twittear* lo hago por disfrute propio y no para los demás. No me malinterpreten, me encanta que me lean y me digan que les guste y esa clase de cosas - me  hace pensar que hago algo bien y me presiono para no defraudarlos - pero uno nunca se puede ver demasiado afectado por lo que lo demás piensan o no de ti. Así que si haces algo, debes asegurarte que una de las razones es porque tú quieres hacerlo.

Escribir, para mi, es como respirar, se me da fácil y me funciona más que hablar. Cuando escribo imprimo mi alma en lo que hago, cada palabra, cada signo de puntuación es un reflejo de mi mente y de mi pensamiento, de mi imaginación y mi creatividad. Cuando escribo, vivo, respiro con el alma y mi mente vuela más allá de lo que ninguna nave espacial puede alcanzar. Cuando realmente estoy inspirada escribo en cualquier cosa - tengo servilletas que lo comprueban - y es como si algo me poseyera, no soy realmente consciente de lo que escribo, solo sé que está bien y que luego lo podré mejorar, las palabras fluyen, como si siempre hubiesen estado allí y al terminar con ello siento paz, me siento realizada y leo que fue lo que salió. No tienen idea de las muchas veces que pasa cuando estoy a punto de dormir o en el estadio II de sueño, o cuando voy en un bus, cuando veo a alguien, cuando miro el cielo. Mi inspiración está en todos lados, por lo cual siempre ando con lápiz y papel, con notas en el celular, con ideas en la mente. Aunque nada se siente mejor que vaciar esa inspiración y esperar con ansias a que se llene de nuevo. Y cuando estoy bajo presión, entre más presión tenga, más ganas de escribir me dan *lo cual representa un problema terrible en la Universidad* y mejor sale lo que escribo.

Así que si me ven en una esquina con un pedazo de papel y un lápiz o mirando fijamente hacia un lugar con la mirada perdida, tranquilos, es que mi cerebro está procesando demasiados pensamientos a la vez, todos volando rápido y queriendo encontrar una manera de manifestarse; no se asusten. Pasa a menudo.

El post se llama "Diario de un escritor" porque eso es lo que considero que es, es una ventana a mi -si, soy una escritora, ya lo decidí- y a como me siento acerca de lo que hago; que por lo que leen, pueden asegurarse de que lo haré por mucho más tiempo.

Solo un café

Ella iba caminando rápidamente, a su paso normal, al fin fuera del trabajo y con tiempo para ir a su casa y cambiarse para su cita ¡Y pensaba que lo iba a tener que ver en su traje de falda y chaqueta! Sonríe un poco y acelera el paso, no se da cuenta de que alguien va en dirección contraria a ella y chocan; unos lentes de sol y unos anteojos salen volando.

- Disculpe - dice ella rápido, intentando encontrar su montura - no vi por donde iba.

- ¿Kimberly? ¿Eres tú? - dice una voz conocida.

- ¿Leonardo? - sonríe - ¡Leo! Cuanto tiempo.

- Más del que debería - él también sonríe. Hablan un poco de sus vidas, de lo que hacen y de lo que quisieran hacer, suena el teléfono de ella y ve la hora. La excusa perfecta para huir.

- Lamento que todo sea tan fugaz - no lo hace - pero me tengo que ir...

- Oh, Kim - él la mira con tristeza - pero si hay tanto que decir - piensa un minuto - Vayamos a tomar un café.

- Pero...

- Será solo un café - él le sonríe de esa forma que sabe ella no puede resistir - por los viejos tiempos.

Kim suspira y asiente, ajusta un poco su chaqueta y saca su bufanda, hace frío afuera. Salen juntos del edificio y van al café que está en frente, él, con su metro ochenta y delgado cuerpo viste unos jeans desgastados que ella conoce bien, una camisa que compró para él y un gorro idiota que siempre odió, pero jamás dejó de lucir mal en él. Ella, con su nuevo traje ejecutivo de diseñador, sus zapatos altos y su cola de caballo ajustada, tan impersonal como él nunca la vio. Él la mira con sus ojos oscuros y despeina su cabello del mismo color, sonríe incómodo y la ayuda a sentarse. Ella con su cabello negro - tenido - y ojos grises lo mira impaciente, nunca esperó este encuentro.

- Entonces... - comienza él - ¿Como te va en el trabajo?

Ella le cuenta, no emocionada, pero le cuenta, solo quiere salir de allí. Él la oye, como siempre. Piden los cafés.

- No has cambiado nada - le asegura él.

- He cambiado más de lo que ves, créeme - ella le asegura. Siguen la charla barata, ella no deja de mirar el reloj.

- ¿Tienes que ir a alguna parte?

- Tengo una cita - dice ella a propósito.

- Oh - él toma café - Oí que estás saliendo con alguien - dice con cuidado.

- Eso intento, nada que funcioné - dice ella, callando que aun está un poco perjudicada por sus sentimientos por él - ¿Y tú?

- Yo nadie, nadie desde hace año y medio - entonces él recuerda. Recuerda los paseos en el parque y las noches en París, recuerda las veces que la buscó en el trabajo, en esa misma torre donde hoy tropezaron.

Ella también recuerda, recuerda las discusiones y las lágrimas, lo mucho que lo quiso y que nunca pareció ser suficiente, recuerda esa última noche donde se fue, sin decirle a donde ni por qué.

- Aun intento entender ¿Sabes? - dice él - Sé que no todo era lindo, que era más lo que peleábamos que lo que pasábamos felices, pero... Tu nunca huyes.

- No es algo que tu debas entender - sonrió - yo tenía que hacerlo y no huí, lo hice así porque sabía que si esperaba a hablar contigo, que si me mirabas con esos ojos tristes y esa sonrisa que me diste hace un rato no me podría ir. Y yo necesitaba irme.

- ¿Por qué?

- Yo quería llorar en tu hombro - ella sonríe melancólicamente - pasar noches en vela en tus brazos, escuchar que me dijeras te quiero hasta que estuvieses muy cansado, yo quería que me escucharas, que no me oyeras, quería que en esos días que me buscabas en el trabajo me sorprendieras con algo, que las veces en las que te esperaba me abrazaras por la espalda y me besaras en el cuello. Quería tanto de ti... Quería tanto que no podía pedirlo, quería también que te dieras cuenta de que lo quería - se rió por tantas muletillas - No tienes idea de lo mucho que te quería, Leo.


- Yo - él suspiró - yo siempre quise estar allí, yo siempre quise hacer esas cosas que tu querías que hiciera, me maldigo a diario por las veces que lo pensé y no lo hice, por los besos que no te di y por las noches que esperé a que te durmieras para susurrarte cosas al oído. Lo que pasa es que eres distinta - le tomó la mano a través de la mesa - no eres como las demás, eres demasiado única, demasiado independiente, demasiado tú y no sabía como comportarme a tu alrededor...

- ¿No supiste eso durante tres años? - ella no ocultó su asombro.

- Intenté aprender, intenté actuar, todo siempre demasiado tarde - ella se soltó de su agarre.

- Siempre fue demasiado tarde.


- ¿Todo en pasado? - pregunta él, muy descarado.

- ¡Por supuesto que en pasado! - las lágrimas empiezan a inundar sus ojos claros - Ha pasado más de un año, un año donde lidié con ello, un año que traté y logré olvidarme de ti, de tus promesas incumplidas y tus besos escasos, de tus palabras planas y tus intereses solo por ti mismo, me olvidé de todo y por primera vez en tres años fui feliz - sonrió, una lágrima corrió por su mejilla - Fui feliz ¿Sabes? No sentí esa opresión en mi pecho, disfruté de muchisimos helados en la plaza, mientras jugaba con las palomas que para ti siempre fueron dañinas, fotografié cuantas veces quise y no tuve que que mendigar la foto de nadie - lo miró, él sabía que se refería a él - y realmente extrañaba mi felicidad.

- ¿Jamás fuiste feliz conmigo?

- No es eso, es que nunca fui suficientemente feliz como para quedarme - ella ve llegar al chico con el que se iba a encontrar y lo ve atravesar la puerta, la encuentra y va hacia ella - Y sabes que nunca fui conformista, así que decidí buscar algo que me merezca tanto como yo lo merezco a él.

Ella se levanta y le regala su sonrisa al extraño, le toma de la mano y se va junto a él, recargando su peso en su costado. Él la ve marcharse - una vez más - y se da cuenta de todo lo que hizo mal, de que siempre estuvo equivocado cuando pensaba estar en lo cierto, el se da cuenta, de que tal como dijo ella, siempre fue demasiado tarde.


Más allá de lo que ves.

Hace unos días, me enviaron un correo que básicamente decía lo siguiente:
"A los chicos, les gustan las chicas que huelen bien, que siempre andan arregladas y que se comportan como damas"
La verdad, eso de los estereotipos no se me da bien, no me gusta juzgar a nadie por como se ve - o como huele (?) - y hago mi mejor esfuerzo por no hacerlo, así que se podrán imaginar mi cara cuando leí eso y me encontré diciendo algo tipo "Damn, jamás tendré novio". Casi me doy dos cachetadas.

Si bien siempre tengo gente diciéndome lo mucho mejor que me vería si me arreglara más el cabello, si me pintara los labios o si batiera tiernamente mis pestañas, yo nunca les he prestado atención. Primero y principal  por una creencia - estúpida, según muchos - que tengo, el que se vaya a enamorar/encrushar de ti, lo va a hacer sin importar como estés ¿Acaso no es eso lo bello del amor? No tienes opción. Por supuesto,  alrededor de un 75% no cree que esto sea así, ellos creen en la primera impresión *concuerdo con ellos, pero una genial personalidad puede causar el mismo efecto que unas piernas largas*, creen en enamorar primero por lo físico y que luego llegue lo químico, creen que es lo único que importa.

Pero, ¿Quien quiere tener un novio trofeo, que todas las chicas te envidien, si con el solo puedes hablar de las distintas formas en las que arregla su cabello?

Yo, realmente, no necesito eso, no necesito un par de ojos claros, una espalda ancha, una sonrisa de actor de cine *Ok, quizás lo quiera, pero no lo necesito* Lo que algunas chicas necesitamos es alguien que esté allí todo el tiempo, que quizás no nos entienda, pero que nos comprenda, necesitamos un abrazo a medianoche, un beso por las mañanas y una caricia al atardecer.

No estoy diciendo que todos los chic@s lind@s sean huecos (?) solo quiero hacer un punto en que hay que ver más allá de la nariz, en que algún día ese disfraz que tienes no estará, que el maquillaje no dura para siempre y lo que siempre tienes puesto es tu actitud. Justo ayer leí algo que cuadra a la perfección con esto: "No conoces toda la belleza de una mujer hasta que la ves despeinada y en pijama - Quino (Mafalda) ¿Ven a lo que me refiero? Algún día no tendrás todas las artimañas (?) que usas, y si lo haces estarías viviendo como con una mascara (?)

En fin, probablemente no deberían creerme toda mi charla sobre la belleza interior y que l@s querrán tal como son porque ahorita no tengo pareja (?) xDD pero si, eso es realmente lo que me importa a mi y lo que me sorprende que en estos tiempos esté tan menospreciado, al fin y al cabo, todos buscan un trofeo.



PD: Con esto no estoy diciendo que no se arreglen, ni sean coquetas, ni esa clase de cosas - porque de verdad admiro a las chicas que tienen la paciencia para hacer eso todos los días - solo quiero que vean más allá de una cara bonita y que nieguen y refuten los comentarios tipo el que está al principio de este post. Recuerden que hay mucha gente en el mundo y que no serán pocos los que te quieran tal cual eres. Incluso si no usas perfume.

PD2: Acá solo hablo de la belleza externa vs la interna, no los factores que componen cada una de ellas.

8 dic 2011

Chica

No soy una chica a la que guste ir a discotecas, ni beber hasta perder la cabeza. No me gusta reír tontamente ni batir las pestañas para que un chico me mire. No me gusta bailar con las luces encendidas ni cantar cuando alguien me oye solo a mi. No me gusta maquillarme ni peluquearme, mucho menos pasar horas eligiendo que ponerme. No soy vanidosa. No soy tantas cosas...
Soy una chica de libros y de agua, de ver atardeceres y discutir con la luna. Una chica que prefiere ser vista tal cual es, sin capas que atravesar para llegar a eso. Una chica que no teme decir lo que piensa y que le cuesta expresar de frente lo que siente. Soy una chica que muchas veces se refiere a si misma como niña, aunque sea conciente de que ya no es así. Pero por sobre todas las cosas: soy una chica de detalles, de amor en pequeñas partes y abrazos interminables, de risas con viejas amigas y fotos inolvidables.
No soy una chica como todas las demás, por lo cual no puedes esperar que actúe de tal manera.
Feliz cumpleaños, Maria -ya-eres-mayor-de-edad- Alejandra.

28 nov 2011

¿Que hicieron contigo?

¿Sabes? Yo solía pensar que éramos diferentes. Que prácticamente éramos la definición de esa palabra. Aun puedo escuchar muchas frases y palabras revoloteando en mi cabeza siempre aquí, para lo que necesites, el tiempo no pasa por nosotros, ¿Para qué necesitar a alguien más cuando te tengo a ti? y muchas más que al pronunciar quiebran mi voz.

Sé que lo único constante es el cambio, que nadie es imprescindible, que para evolucionar y progresar es necesario, pero jamás pensé que llegaríamos a esto, no así. No hay día que no recuerde nuestras charlas infinitas sobre temas irrelevantes y de vez en cuando profundos, las veces que nos tiramos en tu cama solo para reír y ver películas sobre las cual quejarnos luego, las veces que lloramos sobre la mía o subimos al techo de mi casa a ver las estrellas. Las anécdotas, el siempre conocer que pasaba en la vida - y en la mente - del otro, esos momentos donde sentía que nadie me entendía, pero tu siempre eras ese nadie. Mi nadie, claro.

A veces pienso que la vida nos tendió una trampa al separarnos tanto. Otras, pienso que es la más importantes de las pruebas y que una vez que la superemos nada será capaz de separarnos de nuevo, pero todo eso se ve tan difícil, tan lejano e imposible...

Ya nada es como antes, parecemos un par matrimonio a punto de divorcio. Ya no sé de que hablas o con quien andas, ya no sé que es de tus días y de tus noches, ya no tengo la menor idea de que clase de música escuchas o que libro lees últimamente. Te he llegado a desconocer tanto que no creo que quede algo de esa persona que solías ser conmigo.

Quizás mi error ha sido no cambiar, por esa terrible obsesión de aferrarme a como era en los tiempos felices. Quizás por eso no entiendo tu necesidad de salir y tomar, de vestirte de forma distinta y hablar con groserías, de no preguntar nunca y siempre asumir todo.

Ya no hay sobrenombres lindos, solo nombres secos y completos; ya te dedicas a revisar a tu teléfono justamente en esos instantes que compartimos juntos, ya no hay pensamientos random que discutir, solo la misma reproducción de palabras que le dices a alguien más, ya no se de que ríes o por qué estás exasperado. Ya estar contigo ha pasado a ser uno de esos momentos incómodos donde intentas sonreír para no llorar

Siempre pensé en ti como la otra parte de mi, como eso que me completaba y me ayudaba a ser como soy, que me comprendía y entendía, así que no me puedes culpar por quejarme ¿Si tu perdieras tu otra mitad, como te sentirías? Si ya no hubiese a quien contarle desde tus secretos hasta las trivialidades de tu día, si ya no hubiese a quien abrazar cuando todo parece tan fucked up.


Nunca pensé llegar a ser tan dependiente de alguien - aunque quizás no lo sea y solo te extrañe demasiado - y si te llego a confesar, pensé que tu eras él más dependiente. Pero no, me equivoqué como tantas otras veces he hecho. Debo decirte que terrible es ver/sentir como alguien con quien has compartido casi 10 años de vida se aleja sin tu poder hacer nada, ver como cambia ante tus ojos y permanecer callada porque si le dices algo lo puedes alejar, pero si no lo dices ves como solito se marcha. Ha sido una tortura que no he sabido sobrellevar, que me hace llorar y querer gritar.

Tengo miedo ¿No se nota? Porque para mi es evidente y palpable. Tengo miedo de jamás volver a leer como te expresas sobre mi, de enterarme por otros algo que quería escuchar de ti, tengo miedo de perderte y nunca encontrar a alguien que sea la mitad de bueno de lo que eres tu. Siempre fuiste mi orgullo ¿No te dije? Con cada meta y logro que conquistabas mi corazón se llenaba de gozo, los vivía contigo; si tu me ayudabas a seguir adelante créeme que lo hacia sobretodo por ti, porque siempre creíste en mi y en mi capacidad para hacer todo lo que me propongo y un poquito más. Hoy, ya no sé que sentimos por eso.

A fin de cuentas solo quería decirte que te extraño, que extraño tus risas - las verdaderas -, tus locuras, tus mensajes diarios y saber que es de ti. Solo quería decirte que te extraño porque de verdad lo hago y me quema el corazón no poder decirlo, debo confesar: que no hay nada peor que extrañar a alguien que está sentado a tu lado viendo un atardecer que ya no significa lo mismo para ninguno de los dos, porque ninguno de los dos todavía piensa que es infinito...

Siempre pensé que éramos diferentes, hoy: no estoy tan segura de ello y me duele en el alma reconocerlo.

Sa uli, elisirum fuzx



13 nov 2011

Detalles

Iba a escribir un post sobre lo sencillo que es conquistar a una chica - pese a que nunca he conquistado a una - pero luego pensé: Si entre bomberos no se pisan la manguera, ¿Por qué entre princesas deberían robarse la corona? *metáfora figurativa, no realmente apegada a la realidad*


Detalles, chicos. Todo está en los detalles.

29 oct 2011

Si piensas que me conoces... Piensas mal.

Hace tiempo me dijeron que era inteligente y me encontré a mi misma definiendo la inteligencia ¿Que es? No es más que la capacidad de.
Mi mente funciona de la manera diferente, es como una gran telaraña donde todo está conectado de la manera más bizarra.
Hablo spanglish y me gusta pensar en francés - lo poco que sé.
Me gusta que la gente que quiero me abrace fuerte (como si no me fuera a soltar) y a los que no quiero ni siquiera quiero que lo intenten.
Cuando era pequeña creía que solo veías los colores que tenía tu iris, así que le pregunté a mi novio de ojos verdes de que color veía las hojas de los árboles.
Me encantan los aeropuertos, marcan finales y nuevos comienzos, aventuras, huidas y partidas...
Me encantan los ojos grandes porque puedes jugar con ellos, te reflejan a la perfección y puedes ver como estás mintiendo.
A veces pienso que los abrazos son más íntimos que los besos, solo por eso los prefiero.
Pienso que la tecnología fue lo peor que nos pudo pasar; por más que nos acerca, termina alejándonos más.
Me gustan los niños porque dicen la verdad, y los viejitos porque tienen muchas historias que contar.
Amo caminar bajo la lluvia y creo en las palabras.
Una canción puede muchas veces decir todo lo que tu no puedes.
La mayoría de lo que digo, lo digo con el corazón. El otro 5% finjo no decirlo con él.
Me gusta que me lleven la contraria, pero que me dejen ganar.
Me sonrojo con facilidad y no me gustan los videojuegos.
Siento que aun no pertenezco a ningún lugar y mirar el cielo me causa placer.
Pudiese vivir de comer, dormir, viajar y escribir.
No creo en las ataduras y me aferro con fervor a las cosas.
Soy tan sensible que parezco no sentir.
Creo en las promesas y cumplo las mías.
Siempre quise saber tocar un instrumento y como batir las pestañas.
Me gustan las películas y libros del siglo XVIII/XIX.
Aun creo que recibir una carta me derrumbará el corazón.
Me gustan los días nublados y que llueva por las noches.
No me gusta llorar, pero de vez en cuando lo hago para aliviar.
No soy de las que olvidan palabras o promesas, soy más de las que dicen las cosas directas.
Soy pequeña, flaquita y me gusta que me consientan como a una niña.
Creo que las fotos son momentos que quisiste guardar y que la mayoría congelan la felicidad.
Creo en el amor y en que no lo voy a encontrar. Espero que el me encuentre a mi por qué no sé donde buscar.
Pienso que no eres consciente de cuanto necesitas algo hasta que ya no lo tienes.
Me dan miedo las fiestas y me encantan los conciertos, la gente unida por un mismo sentimiento.
Me gusta tanto bailar porque me olvido de lo demás.
Creo en tantas cosas que a veces veo mi inocencia reflejada en el espejo. Son mis días felices.
Lloro con películas y libros de amor.
Solía ver pokemon y lloré porque Pikachu no cambió.
Me busca descubrir como reacciona el cuerpo humano solo por curiosidad, no es mi intención que pienses que quiero algo más.
Nunca me faltan las palabras, si no las digo es porque estoy segura que las quieres oír.
Quiero conocer los rincones más pequeños del mundo y pasear por los más grandes.
Nunca estoy tan emocionada como cuando voy a subir a un avión o al escenario.
Soy intimidante y dominante hasta que alguien se da cuenta que es un mecanismo de defensa.
Después de eso, me empiezan a caer bien.
Quiero que las personas vean más allá de sus narices y por eso me decepciono tanto.
Quiero que oigas lo que mis labios no dicen y que entre mis letras se confunde.
Pienso que sonreír me hace más bonita y que soy la única que lo cree así.
En general soy feliz, pero uno no vive de generalizaciones.
Me gustan los vestidos y tacones, me hacen sentir niña.
Pero amo el fútbol y la formula 1, lo siento.
Lo siento no significa siempre perdón.
Me gustan los nuevos momentos y los viejos recuerdos.
Mis amigos están marcados con fuego en mi corazón.
Detalles pequeños, sentimientos grandes.
Charlar hasta el amanecer y ver como la luna se esconde.
Las veces que pienso que soy loveless  y que me fascinan los animales extraños.
Un día leí un libro y quise ser infinita.
Con las despedidas se me va un pedacito de mi corazón.
Extraño a un amigo al cual nunca le pude decir adiós.
Las personas confían en mi y están orgullosos de mi. Yo no tanto.
Me gusta que la gente me mire raro, eso significa que si soy tan diferente como pienso.
Me emborracho con estupideces y me drogo con felicidad.
Si me ven comportándome como una niña pequeña es porque estoy tan feliz que no lo puedo controlar.
Portarme mal me causa gracia y no le veo la maldad de la que todos hablan.
Me gusta ver que los demás están vivos - y si no sabes a lo que me refiero no quiero que preguntes.
Yo si entiendo eso de ser feliz viendo a alguien más.
No creo que los celos sean la presencia del amor, sino la falta de confianza.
El dolor, la tristeza y la soledad, no son malas: son partes de la realidad que te hacen quien eres.
A veces me pongo tan filosófica que me gustaría ponerle pausa a mis pensamientos.
Solo me he encontrado con chicos buenos a los cuales siempre les busco peros.
Cuando me dijeron que los colores no existen mi mundo se detuvo.
Quisiera vivir en un país donde pudiese sacar una cámara para fotografiar cada esquina.
A veces soy tan romántica que me provoca golpearme. Otras, no lo soy e igual quiero hacerlo.
Guardo cosas que para la gente es basura, pero para mi son recuerdos y me hacen sonreír.
Antes quería un caballero, pero no soporté que me abrieran las puertas.
Cuando me molesto es normal que no entiendas por qué.
No creo que una operación plástica me vaya a hacer feliz o que vaya a "encontrar" el amor por mi.
Me considero una escritora, pero se que de corazón solo soy lectora.
Me gusta respirar hondo y cerrar los ojos mientras sonrío.
Tu vida comienza cuando comes el primer trozo de chocolate.
Intento olvidar que un conjunto de neurotransmisores son los que conforman el amor.
Me gusta que las personas se acuerden de mi, es raro que yo las olvide.
Muero por detalles sencillos y me aburren los comunes.
Tiendo a repetir las cosas porque creo que son importantes, no porque se me olvide.
Soy tan valiente que sé lo que me da miedo.

Soy malcriada, consentida y bastante terca, y espero sepas que no puedes hacer nada al respecto.

25 oct 2011

Sueños de una bailarina

Se cierra la puerta, las luces se apagan. Silencio.La música comienza, el telón se abre lentamente para dar paso a bailarinas que salen de todos lados, como si fueran las gotas de una lluvia torrencial, todas con movimientos exactos y perfectos, nunca descuidando la línea del cuerpo, actuando con la música como si fueran una, sonriendo como si la vida se les fuera en ello, seduciendo con la mirada si es necesario, dando la actuación de sus vidas para un público que no las conoce o que las conoce muy bien.


Tu, que estas sentado cómodamente viendo un espectáculo sin igual, solo ves eso. Yo, que te observo desde las piernas(*) tengo la piel helada, esperando por mi turno por bailar, casi impaciente por saltar al escenario y disfrutar de esa música que quizás tu no sientes. Yo, que veo y me cambio varias veces para reencarnar distintos personajes en la misma producción. Yo, que sé toda la elaboración, las horas y días de trabajo que se llevó este show que no dura más de dos horas. Yo, amo todo esto.


Una bailarina con aires de escritora.


Más allá de las sillas de platea, bajo el gran arco de la galería. Allí están, al ritmo de una música envolvente, las bailarinas. Todas de colores, con los calentadores bajados, pelo largo o corto o en parte rasurado y bien perfilado. Las bailarinas. Rubias, morenas, con el pelo rojo o teñido de azul. Con el cuerpo esculpido, enjuto, delgado, con los abdominales definidos... Con las piernas musculosas y un final de la espalda redondeado pero apretado, dispuesto a explotar en un estallido sobre una nota aguda. Perfectas, dueñas de movimientos ágiles e impetuosos, cansadas pero de todos modos sonrientes. La música, a un volumen alto, llena todo el escenario. Y ellas se dejan llevar, se ensamblan, se cruzan, se unen a tiempo, se abandonan hacia atrás, se sueltan y la viven sometidas a ella. Grandes proyectores las ensalzan vistiéndolas de haces de luz. Acariciando sus piernas desnudas, sus senos pequeños, esas ropas diminutas.
Fragmento de "Tengo ganas de ti" de Federico Moccia
Hace unos días, encontré esta imagen:

La imagen dice: Me han enseñado a sonreír cuando estoy en dolor. Constantemente me han dicho que no soy lo suficientemente buena. Luzco muy fuerte pero me siento muy débil. Necesito ser más delgada. Quiero ser perfecta ¿Por qué todas las niñas pequeñas quieren ser bailarinas?

¿Alguna vez se han sentido demasiado bien haciendo algo? ¿Alguna vez han hecho hasta lo imposible por pertenecer a algo? ¿Alguna vez han amado tanto algo, que sin importar lo mal que te desempeñes en ello, lo has seguido intentando?

Eso es lo que me pasa a mi con el ballet clásico, es una emoción, una pasión, un fragmento de vida que se integra a todos mis días. No hay momento en que no piense en el ballet, en que un simple movimiento pueda ser integrado a una serie de pasos en un baile, no hay momento que al escuchar una canción, no piense en lo divertido que sería bailarlo ((creo firmemente en mi teoría de poder bailar ballet con todo tipo de música)). El ballet es para mi lo que para muchos es el amor.

Así que cuando vi aquella imagen ((la que puse arriba)) no pude evitar comentar al respecto, la chica que dice eso de cierta forma se queja ¿Pero en algún momento dice algo sobre que lo va a dejar? No. Porque cuando amas tanto algo no importa cuanto te lastime o te haga daño, simplemente no puedes dejarlo.

Hace un tiempo, estando en una clase de ballet mi profesora nos dio una frase que antes le habían dado a ella. Nos dijo: "Ustedes son una raza única en el mundo, no son blancas, negras o asiáticas, son bailarinas. Ya que al bailar, todas pertenecemos al mismo conjunto" ((Ok, quizás no haya sido así, pero tengo mala memoria y eso fue lo que rescaté)) y si se ponen a pensar, el ser una bailarina te identifica ante los demás, es como te paras, la gracia en tus movimientos, la forma de bailar cualquier estilo, el dulce andar de una bailarina al caminar.


Es la sensación de sentir las zapatillas de punta apretando tus pies y tobillos, es el crecendo de la música que causa escalosfrío en mi piel, es mi cabello atado firmemente en un moño, son las sonrisas que de placer que les doy al público, son esos nervios que una vez que sales a bailar se esfuman, son los aplausos de la audiencia completamente ajena a lo que esa función significó para ti, son los trajes incómodos pero hermosos, son las mil horas de práctica y aun saber que no es suficiente tiempo, es esa complicidad que se da con tus compañeros. Son todas esas cosas y muchas más las que me hacen soñar, las que me hacen vivir y bailar.

Esos son los sueños de una bailarina: poder bailar hasta que su mundo pare de girar.

(*) Piernas: En el espectáculo, se conocen como las distintas divisiones que tiene el escenario, usualmente como "cortinas", de donde salen las bailarinas.

23 oct 2011

El extraterreste


¿Ya les había contado que mi profe de Psico General es super mega genial? Bueno, ella lo es. Es una mujer con "guáramo" a la que admiro por muchas cosas, y ahora, por una más: tiene su faceta escritora. Anoche estaba vagando por su blog y me encontré con un escrito que me llegó, sinceramente así que le pedí permiso y acá lo tienen: (conserva el título y todo original, solo le agregué este párrafo, la imagen y la última línea)
En estos días sólo espero, realmente, creo que no puedo hacer otra cosa mas que esperar, esperar mientras hago cualquier cosa: estudiar, salir, hablar, escuchar música, pero todo es mentira, sólo estoy ganando tiempo, esperando… esperando… El tiempo se escurre, se alarga y se hace infinito, mientras la gente pregunta ¿no ha sido suficiente? ¿qué más esperas? Sólo yo, sé que espero; sólo yo parezco recordar. 
            Recordar aquellos días en que llovía a cantaros, cuando ya había perdido toda esperanza de verlo e intentaba concentrarme en cómo lograr llegar al carro sin mojarme, entonces, el aparecía, algunas veces lento, adormilado y sonriente, otras por el contrario, torpe, desordenado, apurado pero siempre sonriente.  Yo me quedaba mirándolo maravillada, pensando que era un extraterrestre, desapegado del mundo y sin embargo tan real.  El  parecía no darse cuenta que las bombas caían a nuestro alrededor, cada vez más cercanas, cada vez más cercanas, no eran bombas de napalm, eran otras peores, eran las bombas de la censura, de lo normal, de la moral, eran las bombas  de  “lo adecuado”,  y mientras él se conservaba impávido, yo gruñendo decía “debemos tener cuidado!!!”, el sonreía poniendo los ojos en blanco y lanzando un suspiro de resignación. 
 Recuerdo aquel día cuando por debajo de la mesa le tomé de la mano,  toda su cara fue una sonrisa, apretó mi mano muy fuerte, entonces yo también sonreí y fuimos cómplices; sólo los dos sabíamos que estaba pasando en aquellas latitudes, porque los “otros” sólo eran eso: “los otros”, “los demás”, y el sabía, muy bien, demarcar el territorio entre nosotros y los demás, no sé muy bien como lo hacía, quizás se debía a la forma en que disponía de mis cosas como sí fueran nuestras cosas o posiblemente a se trataba de que me besaba en el cuello sin importar cuando o donde estábamos y peor aún sin considerar con quien estábamos. Hoy, recuerdo todo, minuto a minuto…bueno, más bien lo revivo.  Y también, en días como hoy me pregunto si él lo habrá olvidado. Supongo que sí, de lo contrario ya habría regresado.  
            Lo cierto es que cuando la gente habla de extraterrestres, suelen referirse a ellos como individuos delgados, con forma humanoide, de no más de metro y medio de altura y de grandes ojos oblicuos, algunos dicen que en ocasiones se posesionan de un cuerpo humano, a fin de pasar desapercibidos. No creo que sean sólo rumores de unos cuantos lunáticos, yo estoy segura de que sucede exactamente de esa forma, sólo lamento que cuando los extraterrestres terminan sus investigaciones etnográficas, se van y dejen el cascarón humano en el que habitaron durante una temporada, convertido en un cuerpo frío e indiferente. 
            Un cuerpo que respira, come, duerme, ve televisión, pero que a diferencia del pasado ahora no te mira con ojos de enamorado sino que te critica, grita y humilla. Un cuerpo que el resto de la gente sigue creyendo que es la persona de la que te enamoraste, pero que sólo tú sabes que es un cuerpo vacío porque él, el extraterrestre, partió.   
La última vez que hablamos, si es que a mis gritos y a su silencio e indiferencia puede llamársele hablar, acerqué mi boca a su pecho, justo en el plexo solar, con la profunda intención de que si ahí residía el pasadizo hacia su alma, el sonido pudiese atravesar la coraza y llegar hasta su centro; le dije que su frialdad era tanta que estaba empezando a congelarme, que estaba comenzando a creer que él, tal como yo lo recordaba  no sólo no existía, sino que tampoco había existido nunca, que él como yo lo recordaba no era más que un delirio.  Luego, le pedí, le supliqué que por favor volviera.  Pero el siguió manteniéndose impávido y continuó mirándome como si yo estuviera loca o como sino entendiera de qué le estaba hablando. 
            Yo continúo aquí, ahora en silencio, sólo esperando, haciendo cosas para matar el tiempo, de cuando en cuando atisbo al “cuerpo”, intento descubrir una sonrisa, su sonrisa. Ojalá hoy o tal vez mañana, me encuentre con la sorpresa de que el extraterrestre que amo, ha regresado.
 Por cierto, en caso de que quieran revisar más de sus obras - o clases de psicología general - acá tienen la dirección de su blog: Carolina Mora

22 oct 2011

Significados

Vivir en una sociedad llena de conceptos, limitaciones y determinaciones no es fácil cuando se tiene una mente volátil, creativa y sin barreras.

Hace ya más o menos dos años - no es que recuerde tan bien (¡Ya quisiera!), es que el post me recordó a esa situación - venía de Caracas con un amigo, veníamos en autobús, cuando de repente el me tomó la mano. Yo lo percibí, ¿cómo no hacerlo?, pero no dije nada. Después de dos horas de viaje, por fin llegamos a mi pueblito y al bajarnos fuimos al centro comercial.

- Mariale - preguntó mi amigo, aun llevándome de la mano - El fin que viene podríamos ver una película.

Yo, entre esa perplejidad típica que ataca cuando a quién tu ves cómo solo un amigo te pide salir y evitar que mi cara de WTF! se mostrara, solo pude decir - En primer lugar, ¿Por qué crees que eso va a pasar? y en segundo: a mi me preguntas lo que podríamos llegar a hacer, no me dices lo que haremos en caso de que vayamos a hacer algo.

- Yo pensé...

Y ahí llego su explicación de que cómo en ningún momento hice siquiera el intento de retirar mi mano de la suya, él pensó que sus sentimientos hacia mi - que nunca profesó, he de arreglar - eran correspondidos. Al llegar a mi casa, me tiré en la cama y me puse a pensar ¿Cómo, por Dios en los cielos, agarrar de la mano a alguien es corresponder a sus sentimientos?

Meses después, acepté salir con otro chico, una película y a comer helados - nada de lo que dos amigos, en mi mundo, fuera gran cosa - y pasó más o menos lo mismo. Aterrada como estaba ((tanto de que dos chicos estuviesen muy interesados en mi más que como amiga, cómo de que malinterpretaran mis acciones para con ellos)) le conté todo a una amiga, la cual me regañó por no ver las claras señales. Pero ¿De verdad eran claras? Quiero decir, ¿Solo por que acepte salir contigo a comer helados, quiere decir que tenga interés en ti? ¿Solo por que deje que tomes mi mano, quiere decir que ya la barrera que impone la amistad, no existe? Al parecer, si lo hace.

Me gusta pensar diferente. Ver más allá de lo que los demás ven. Así que cuando mi amiga me explicó todo lo que aquello conllevaba, estaba fascinada. Como una simple acción puede significar nada para mi y todo para alguien más - eso sin mencionar lo increíblemente cruel/incómodas que resultan esas situaciones.

Después de un poco de tiempo - y más situaciones parecidas, debo agregar - me tuve que tomar la molestia de explicar:
Que crecí creyendo que agarrarse las manos era un simple acto de cercanía, nada más.
Que aceptar una salida juntos, era eso, punto y final.
Que decir que te quiero, no significa que lo hago de la misma manera en la que tu lo haces.

Y fue entonces cuando me encontré con la crueldad, con los reproches de mis acciones que no significaran lo mismo para mi que para lo demás ¿Es realmente mi culpa, que tu creas en algo que yo no? Una vez, incluso llegué a poner un ejemplo que los puso a pensar: ¿Significó lo mismo para ti: un beso dado en un juego -la botella, por ejemplo- que uno que le diste a alguien que si querías? (a menos de que a quien querías estuviese jugando, pero eso no viene al caso) ¿Significa lo mismo el abrazo de un extraño, que el de alguien a quien quieres demasiado?

No ¡Por supuesto que no! No es lo que hagas o dejes de hacer sino con quién lo hagas. O por lo menos para mi es así. Y por lo visto soy la única que piensa así - sé que no lo soy, pero nadie lo manifiesta - ya que cuando le digo a mi mamá que voy a salir a solas con un chico se pone a brincar en un pie - si, a mi mamá le emociona que salga con chicos ¿Qué cosas no? - cuando le digo a un par de amigas que saldré con fulanito empiezan a preguntar si me gusta o no. Si bien sé que si un chico te invita a salir a es porque al menos algo de interés tiene en ti, no comprendo por qué no entienden que si yo lo veo como un amigo, amigo se va a quedar ((ciertas condiciones aplican*)). Sin siquiera mencionar a aquellos que porque les digo mi amor/corazón/dulzura o cualquiera de sus variantes ya creen que tienen algo seguro ¡Por los clavos de Cristo! Son puras expresiones ¿Si una abuelita les dijera lo mismo lo verían así? Estoy bastante segura que no.

No sé si me llegué a explicar ((y entre tantas vueltas que di, creo que fue así)) pero el punto es: que no se dejen llevar por lo que ustedes creen en cuanto a la relación que tengan con otra persona, porque quizás la persona que está del otro lado no lo ve así. Pregunten y asegúrense ((preguntar es de genios, colegas. Alguien dijo una vez que aquel que preguntaba era bruto por un rato, pero quien no pregunta será bruto siempre)) y por último, sean tan explícitos como les sea posible, si bien han colgado a varios por decir la verdad - pregúntenle a varios filósofos o de esos bien viejitos si no  me creen - nada se siente mejor que decir la verdad, porque incluso el amor -sentimiento tan admirado, buscado y envidiado por todos- puede hacerte sentir pretty much like shit, aunque ya eso es otro tema y no lo abordaré hoy.


La imagen dice: CUIDADO: Lo que vea en este espejo puede ser una distorsión de la idea que la sociedad ha construido como belleza.

Piensen que el espejo es mi mente y la belleza son mis ideas.

15 oct 2011

Cosas y días que pasan...


Es increíble lo rápido que pasa el tiempo, un día eres un extraño para alguien y al siguiente eres todo en lo que puede pensar. Siempre me pareció cómico, esto de lo fácil que pueden llegar las cosas y lo mucho que nos gusta tornar difícil la situación. Perdón, lo mucho que me gusta tornar difícil la situación. Y a pesar de todo sigues allí, con esa paciencia que solo tienes para mi.

He intentado alejarme... No he podido. He intentado hacer que te alejes... No haz querido. He intentado todo lo que se me ha ocurrido para detener esto, pero en cada misión he fracasado. Y yo no soy de las que suelen fracasar.

No puedo decir que tu sonrisa me cautivó, no puedo decir que en tus ojos veo luz que ni el sol puede mostrar, no puedo decir que tu alieto es lo que me hace respirar. Pero ¿A caso eso importa? Fueron tus palabras, siempre tan presentes y dulces, fue tu presencia, siempre tan cerca, fue tu apoyo, siempre tan certero, fue tu personalidad, tan indiferente con todos menos conmigo. Fuiste tu el que hiciste que no cumpliera con mi propósito, no ninguna característica física o estética.

¿Te lo reprocho? No. ¿Me arrepiento? Un poco, tan solo un poco... Si me hubiese dado cuenta a tiempo, nada de esto estaría sucediento, pero si esto no sucediera no sería tan feliz como lo soy.
Porque, de hecho, soy feliz -no tan independiente de tu presencia, pero feliz al fin- feliz porque se que puedo contar contigo, porque se que siempre tendrás palabras de aliento para mi, porque me aceptas tal cual soy y se que jamás me pedirías que cambie. Feliz porque se que estas allí, para mi y te niegas a dejarme ir.

Son tantas charlas nocturnas, tantos buenos deseos, tanto cariño contenido, es el decirte que no te quiero esperando que sepas estoy mintiendo, son regaños bien dados, tantas canciones que me llevan hacia ti, tantos besos no dados y llantos escuchados. Son tantos recuerdos y tan pocos momentos.

Es increíble como pasa el tiempo, y por más que pase, de nada me arrepiento.

Feliz cumpleaños, tonto.

10 oct 2011

Semestre III - Iniciando otro año

No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo, hace a penas un año estaba saliendo del colegio e iniciándome en un lugar nuevo, conociendo nuevas personas y tomando nuevas costumbres (no todas buenas, créanme) y hoy - bueno, hace casi un mes - inicié con el tercer semestre de psicología. Esta vez veo 4 materias, una más complicada que la otra y con tan solo los planes de evaluaciones *cof, cof cronogramas* me estoy volviendo loca. Conozco a todos los profesores con quien las veo y a decir verdad, son más o menos los mismos nombres. Psicología General III, que tiene un proyecto que todos comentan es el infierno, con sus prácticas que sugieren que corra por la Universidad buscando gente que colabore conmigo, sus clases divertidas e interactivas y sus parciales terroríficos.

Estadística III, creo que estadística siempre ha sido mi materia favorita, por su cercanía a los números y todo aquello que es entendible en mi cerebro, las clases son de lo más divertidas y ahora, que hay más gente genial, dudo que algo de ello vaya a cambiar. Psicofisiología, no se asusten por el nombre, es solo la continuación de neurofisiología ((xD)) solo que esta vez no creo que vea cerebros ni nada de eso, sino más bien esta vez se relacionará mejor con mi carrera, y solo he visto dos clases y ya me parece de lo más interesante, al punto de llegar a considerar ser psicofisiologa  ((no tan for real pero algo así)) Aunque repito: Solo he visto dos clases.

Por último, pero no menos importante, veo la materia que no pasé en el Semestre I, si: Teoría social. Según Rosi y Karla ahora está más divertida, pero sigo pensando que es un piña ((consulte la lalepedia para mayor información)) ya me está sacando canas verdes y me quiere hacer pensar más de lo normal. Créanme, a nadie le conviene eso.

Sigo viendo las mismas caras que desde hace un año, lo cual hace todo más llevadero y supermega genial x), en enero es que llegaran los nuevos ingresos y debo decir que eso despierta mi lado que ama a Maquiavelo xD. Mi grupo de trabajo es el mismo, estuvo a punto de integrar a otro mega grupo -que hubiese sido supermega fantástico *O*- pero el tratado no se dio x). Veo la mayoría de mis clases con Karla, Rosi, Majo y Heiling, por lo cual la mayor parte del tiempo no ando sola y siempre me río de más.

Sé que será un semestre terriblemente fuerte -sobretodo después de que falté dos semanas- pero, como siempre, se que lo superaré con creces. Además si ahorita mismo estoy acá escribiendo y no estudiando - ya tengo parcial el jueves, de psicofisio - eso demuestra perfectamente que hay tiempo para todo y que no deben creer en mis excusas por abandonar el blog. Son eso: excusas ((aunque ya saben mi afán por hacerlo todo))

Nos leemos pronto - espero x)

7 sept 2011

Es septiembre y te extraño

Me anoté tu número de teléfono en la mano, pero ese día llovió.
Recordé cada facción de tu rostro, pero el tiempo las borró.
Intenté recordar tu nombre, ese que nunca dijiste, pero simplemente no surgió.

¿Es que el cruel destino se encargó de juntarnos tan solo una vez para luego no hacerlo jamás? He escuchado de historias que tienen que terminar para comenzar. ¿O es que a caso simplemente se encargó de enseñarnos que cada momento es único e irrepetible y que si no haces algo, no vuelven más? También hay historias que solo van de un encuentro, un único encuentro.

Han pasado tres años desde aquel día que te vi, tres años y aun recuerdo la fecha, esa hora, ese momento que me brindó días de sueños y noches de pesadillas, pensando en como verías otra cara femenina que no era la mía.

A falta de un nombre, te bauticé; a falta de conocer tu personalidad, la imaginé; a falta de momentos contigo, recreé el único compartido. A falta de tu presencia, te olvidé.

¡Ay! Como quisiera que esto último fuera verdad, que fueras tan solo una reproducción sistemática de mis neuronas al interactuar. Pero no. Tu recuerdo, tan viejo y a la vez tan nuevo, tan tormentoso y a la vez tan calmo, tan dulce y a la vez tan agrio; como lo amo y como lo odio.

Si te voy a decir la verdad - como siempre lo hago, debo agregar - es que ahora comprendo, solo en mi mente estás, que ya no te quiero conocer porque podrías no ser como te he ideado y arruinar esa imagen tan perfecta que de ti he creado. Antes pedía que me decepcionaras para jamás recordarte, ahora te pido que no lo hagas, que ni siquiera aparezcas, para siempre recordarte.

Mi imagen de ti -mi nueva imagen de ti, debo admitir- es de un amigo, el más hermoso de los amigos; que surge siempre en el momento oportuno, brindando consejos, apoyo e incluso regaños. Cada vez que te evoco sonrío, porque eres la imagen que yo tengo de imperfección ¡No me malinterpretes! Es solo una expresión, puesto que lo perfecto no existe, el concepto de imperfección me pareció adecuado para nada más real que tu. Tu imperfecto cabello castaño claro, tu imperfecta sonrisa de dientes blancos, tus imperfectos ojos azules como el cielo de verano.

Se que aún no es nuestro aniversario, pero en estos días, tan nostálgicos para mi, no he dejado de pensar en ti, aunque siempre estás presente, durante estos días has agobiado mi mente.

Espero algún día leas esto, todo esto, Ángel.

La muerte y yo

Desde hace como un mes, he leído una cierta cantidad de libros que terminan en la muerte, el/la protagonista muere o alguien muy cercano a ellos lo hace, esto me puso a pensar ¿Que pasará el día en que yo muera? Y deduje algo así:

Mi profesora de ballet estará increíblemente molesta porque falté al ensayo, un tanto preocupada porque sabe lo que responsable que soy.
Mi profesor de inglés se preguntará por que falté a clases de nuevo y si algún día terminaré con el curso avanzado.
Las chicas de la universidad se cuestionarán por que no envié los puntos para el trabajo.
Mi mejor amiga se frikeará por que no le contesté el mensaje que me habría enviado.
El chico que se empeñó en quererme pensará en que podre estar haciendo como para no responderle la nota de voz que me envió.
Ese amigo con el que iba hablando por el celular se dirá "que extraño que dejará de responder".
Mi tía llegará a su casa y verá que nada está recogido, quizás revise su calendario a ver si era viernes y me he ido.
Mi papá no conseguirá con que le atienda la llamada nocturna para ver como me fue en el día.
Y mi mamá estará tan preocupada por que jamás le avisé si había llegado a casa o no.

Todos se harán preguntas y yo seré la única con respuestas, respuestas que jamás serán pronunciadas, pero que todos conocerán eventualmente. Y entonces mi historia acabará, dejando un montón de conversaciones sin terminar, un poco de citas a las cuales no asistiré y muchos corazones en los cuales no viviré de la misma manera.

Verán, la muerte es mi más profundo y oscuro miedo -claro, también le temo a los dentistas y a las inyecciones y un montón de cosas más, pero eso no viene al caso- es un misterio tan grande y uno que a ciencia cierta no se resolverá, que me hace conjeturar sobre todo lo posible que pasará ese días. Quizás nada de lo que escribí se cumpla, quizás realmente nadie se pregunté esas cosas sino que piensen que me fui a vivir la vida loca, pero me gusta pensarlo de esa forma.

Siempre pensé en la vida como una novela, cada quien protagoniza la suya pero eso no impide que los personajes entrelacen las historias, y aun si el protagonista muere, todos siguen adelante, con sus vidas, porque nadie es indispensable en esta vida. Mi profesora de ballet anulará mi acto y mis apariciones, mi profesor de inglés cancelará un lugar en la graduación, mis amigas en la universidad aprenderán a aplicar las APA, el chico que me quería encontrará a un amor que le corresponda, mi mejor amiga seguirá adelante, encontrando en quién más depositar toda su confianza, mis padres se quedarán con un vacío que nadie podrá llenar, pero tendrán a mi hermana para que los llene de orgullo y gozo.

Y solo entonces yo seré polvo, un recuerdo amistoso -quizá un tanto doloroso- pero grato, seré una foto o un cuadro, una sonrisa por ver la luna, una lágrima por ver la lluvia.


PD: El post resultó ser más lúgubre de lo que pensé que saldría, mis disculpas xD por cierto, no es que piense morir pronto o algo por el estilo -créanme, quiero vivir tantos años como a este cuerpo humano le sea posible- pero esta es la vida que conozco y de la única que puedo hablar x)

17 ago 2011

Anoche

Anoche quise escribirte, pero ya era tarde. Pasaba de la medianoche y yo me debatía si debía mandarte un mensaje o no, me reí por todas las noches en las que no lo pensé y simplemente te escribí. Pero las cosas cambiaron.


¿Cambiaron, verdad?


Al final me dije que te escribiera, que no habría problema porque ya sabes como soy, pero pensé -incluso con el mensaje escrito- que ya no tenía ese derecho, que ya no podía escribirte a mitad de la noche solo para decirte que te quiero, que ya no era dueña de tus sueños para irrumpir en ellos, que no debia quitarte horas de descanso solo por un antojo de mi corazón.


¡Pero ve como son las cosas! Este malvado corazón caprichoso que no deja de jugar, aun sabiendo que tu estas adentro se ha puesto a apostar con mi maldito cerebro a ver quien me hace sufrir más. Entre los dos me marean y me hacen llorar, si uno pierde una batalla el otro no termina de festejar, pues la guerra nunca ha de terminar.


Anoche quise escribirte, dibujarte una sonrisa en los labios y -quizás- alegrar tu día, pero el juzgado, protagonizado por la razon, me ha negado dicho permiso. Me dice que como después de haberme alejado -porque siempre soy yo- pretendo hacer semejante acto tan confuso. Sin embargo, le he comentado que para mi no es difuso que yo se que te quiero, aunque no debo, y que por más que las cosas ya no sean igual, el que no seas un pegoste hace que me gustes más. Entre el juzgado que es la razón y la juez que es mi conciencia me han condenado a una vida eterna sin tu presencia. Luego lo han pensado mejor y me han dejado acercarme, que vea como de otra haz de enamorarte.


Anoche quise escribirte, por mi naturaleza espontánea y lo mucho que me gusta irrumpir en vidas ajenas, pero no lo hice porque fui yo la que decidí marcharme y no tengo derecho a confundirte. No más.


Anoche quise escribirte, pero simplemente, no lo hice.



3 ago 2011

Perdido*

Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos
pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas
que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de
colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad,
entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco lo
mismo...

Esto es para que vean que no me olvido de ustedes, solo que últimamente he estado corta de inspiración y va contra mis reglas publicar algo que no crea que esté bien hecho :) Ese es un fragmento de la novela que leo ahorita; se llama Tengo ganas de ti de Federico Moccia  :)

22 jul 2011

A veces lo recuerdo

A veces aun lo recuerdo, mirándome con esos ojos claros mientras yo escribía un verso, con su cabello desordenado mientras se levantaba de la cama, con su sonrisa perfecta cuando me veía llegar. Siempre lo recuerdo ¿A quién pretendo engañar? Él no sabe que estas palabras son para él, ni siquiera tu que las lees sabes para quien son ¿Acaso no es eso lo divertido de ser escritor? Crear mundos alternos, personajes distintos y complejos pero que sin embargo encajan perfecto en la rutina de otro ser inventado, dejar al lector con la duda de si lo que leyó pasó en realidad o es solo otra historia fruto de la imaginación de una persona que disfruta al escribir. Pero sé que él lo sabe, siempre lo sabe.


 Leo los libros que me dio, una y otra vez, pensando en lo bien que me conoce, en las veces que compró el mismo ejemplar dos veces para leer junto a mi, recitar los diálogos que me encantan como si él mismo los hubiese escrito. Conmemoro las veces que vimos las películas que yo elegía, muchas veces de comiquitas, y como él nunca se durmió, las miles de veces que pasamos tendidos en cualquier lugar natural, solo con la compañía del otro y testigos que no pueden hablar. Nos recuerdo tirados en mi cama, mi cabeza sobre su vientre rígido que se agitaba con las risas que proseguían después de que le contara mi día. Las veces que lo encontré mirándome sin ninguna razón, como siempre respondía que le gustaba admirarme cuando no me daba cuenta, cuando encontraba en mi mirada ese amor que profesaba por él incluso cuando no era objeto de mi atención.

Cuantos atardeceres, cuantos amaneceres, cuantas fotos, cuantos momentos, cuantos recuerdos. Cada uno de ellos marcado sobre mi piel, cada uno de ellos eternos en mi memoria, cada uno de ellos revivido noche a noche entre mis sueños, cada uno de ellos definiendo mi alma.

¿Cómo olvidar sus besos, si después del primero sentí que nunca antes había besado? ¿Cómo olvidar sus caricias, si son decididas pero tan delicadas como si tratara con una pieza de porcelana?

Tantas palabras no dichas, pero entendidas. Tantos sentimientos no expresados, pero sentidos. Tantos abrazos no al cuerpo, sino al alma.

Si, a veces lo recuerdo; solo para luego recordar que ya no está.

17 jul 2011

Tic-Toc el reloj nunca se detiene

¿Cuándo fue la ultima vez que hiciste algo realmente productivo con tu dia? ¿Cuándo fue la ultima vez que no se te paso el dia “haciendo nada”? ¿Cuándo fue la ultima vez que disfrutas de tu dia e hiciste que fuera especial sin ningun motivo oculto? Aaah, ¿Te he puesto a pensar? Yo creo que si…


Veran, estaba acostada en mi cama a eso de las 2.38am – pero ¿Quién ve la hora? – acababa de apagar la pc y ya estaba comodamente en mi recinto favorito, de repente todo el sueño huyo, y me quede boca arriba meditando sobre el tiempo… Si, esa cosilla absolutamente relativa de la que gozamos dia a dia, lo cual me llevo a la pregunta ¿Realmente valoramos el tiempo que se nos otorga?

Miren un día esta compuesto por 24 horas [[aproximadamente]] 1440 minutos y 86400 segundos ¿Parece bastante no? Neh, realmente no lo es, quitale las dos o tres horas que te lleva comer: 21 horas. Quitale las que te lleva bañarte y arreglarte: 19 horas. Las horas en las que duermes: 12 o 14 horas, Ahora, quitale las horas que pasas el tiempo en la pc holgazaneando en Twitter, Facebook o cualquier cosa que hagas en ella ¿Qué? ¿Te quedaron unas 5 o 7 horas? ¿Crees que en ese espacio de tiempo sea suficiente para relacionarte con tu familia, amigos y vida social? A como esta la vida de las personas hoy en dia, si.


La gente cada vez corre mas por las calles, mas apuradas y mas estresadas, tratan de hacer mil cosas a la vez [[Ejem, ver televisión, escuchar musica, hablar por telefono mientras contestas los replys en el Twitter y revisas las notificaciones de Facebook]] y no terminan de darse cuenta que no pueden alcanzar al tiempo, pero el tiempo siempre te alcanza.


¿Por que pasa esto? ¿Por que no nos damos cuenta que hacemos las cosas sin hacer nada? Gandhi una vez dijo "Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga" y dudo muchísimo que hablara de la publicaciones que hacemos en las redes sociales. Día a día se pierde la humanidad, la cercanía, estamos empeñados en separarnos del otro, en estar cerca de quien tenemos más lejos; desperdiciamos el tiempo de una manera que solo haría felices a los hombres grises(*) y no nos damos cuenta de lo que estamos haciendo, y con esto no digo que dejemos de hacer las cosas que hacemos a diario para estar encima de los seres que amamos, con esto solo quiero decir que, como todo en la vida, debe existir un balance, de creer y saber.


Yo, estoy aterrada de como pasa el tiempo, las semanas vuelvan y no las veo pasar. Hay días en los que pienso "Por favor, detengan el mundo que me quiero bajar. Las vueltas que da van a mucha velocidad" solo para recordar que es una cosa efímera y relativa, que existe para dejar de existir; tiene la mayor de las dicotomías: Está y no está. Si no te das cuenta, no te da chance para que lo valores, sino cuando ya es muy tarde, cuando ya no puedes hacer nada para recuperarlo, cuando solo queda mirar al pasado y lamentar las horas que desperdiciaste, los momentos que dejaste pasar y los recuerdos que te has de llevar. Nunca pienses que el tiempo está en tus manos, pues tu eres el que está en las manos del tiempo.


Ahora, ponte a pensar ¿Realmente valoras el tiempo que se te da?



(*) Hago referencia al libro "Momo", los hombres grises roban el tiempo para poder vivir.

PD: me gustan esos relojes de bolsillo, se aceptan regalos xD