La concepción del tiempo es una cosa... Relativa. Muy relativa.
Hace un año y algo más, cuando fui a las oficinas de la agencia, me parecía que un año era demasiado tiempo. Hoy, ya no me parece tan largo. Y eso va cambiando con los días.
Quiero decir, hay días donde me parece que tengo todo el tiempo del mundo para compartir con mi familia, salir, disfrutar de mis amigos y todas esas cosas porque septiembre sigue sonando tan lejos y poco real. Y hay otros días donde siento que el tiempo se me escurre como agua entre los dedos mientras veo los momentos pasar.
Oh Dios |
Y luego, están los días en que me pregunto qué está mal conmigo, cómo si quiera pensé en dejar mi casa, mis comodidades, mi familia y mis amigos ¿Qué puede valer tanto la pena como para dejar todo? ¿Cómo es posible que el tiempo pase tan rápido y me robe momentos con los que amo que en el futuro me tendrán que consolar por los que me estaré perdiendo?
Claro que también están las mil cosas que hacer. Es como si no hubiese suficiente tiempo para hacer todo el papeleo, compartir con mis seres queridos, encontrar familia, estudiar francés, trabajar, ponerme al día con mis citas médicas y en resumen estar lista para cuando sea tiempo.
Nunca he sido buena con eso de ser paciente y este proceso me ha puesto a prueba puesto que solo hay una cantidad de cosas que puedes hacer por ti misma, el resto es esperar (por mi asesora, por los ministerios, por las apostillas, porque los papeles estén listos, por el examen de francés, por encontrar una familia, por un pasaje, por todo) y creo que por eso mismo es que el tiempo me parece tan variante, como si cuando las cosas dependen de mí pareciera que tuviese todo el tiempo del mundo para hacerlas; pero cuando están fuera de mi control pareciera que estuviese en cuenta regresiva.
Supongo que es cuestión de perspectiva
Canción: Life Happens - Brandon & Leah
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