12 sept 2016

Me fui - Agridulce.

04/06/2016

Hoy ha sido un día dulce-agri (conste que yo sé que es agridulce, pero ese no fue el orden en que ocurrieron las cosas), me desperté después de soñar que perdía la voz, lo cual es bastante cónsono porque tenía programada mi entrevista de idioma (recordemos los pasos para ser Au Pair: documentos, entrevista de idioma, selección de familia). Claro que lo primero que hice fue hablar frente al espejo y verificar que mis cuerdas vocales estuvieran en el mismo lugar donde las dejé anoche e igual de funcionales; luego me encargué de desayunar y deambular por la casa hecha un manojo de nervios mientras intentaba repasar los ménagères (tareas de la casa) y revisaba que recordara mi contraseña de Skype.

Y claro, abrí la aplicación de llamadas una hora antes de lo acordado. Y observé como una acosadora que mi asesora ya estaba allí.

Pero como nadie quiere parecer una loca nerviosa y llegar muy temprano también cuenta como ser impuntual, sobreviví la hora viendo Friends (observando la computadora cada cinco segundos para ver que mi asesora estuviese allí) Hasta que diez minutos antes no me aguanté y le escribí en español, pero ella me contestó en francés y bueno, si hubiese sido una indirecta más grande me saca un ojo.

Después de una hora de sonrisas nerviosas, unos cuantos Vous-pouvez répéter ça? - ¿Puede repetir eso? – estructurar en mi mente oraciones que supiese cómo decir y rezar porque la conexión de internet no hiciera una de las suyas, mi asesora dice que podemos hablar en español: me felicita por mi francés, me dice las cosas en que me equivoqué/debo corregir y me dice que he aprobado y que tengo en mi correo el certificado de la segunda fácil, que a partir del lunes un par de agencias francesas manejarán mi perfil y que esté atenta a mi correo por cualquier solicitud.

Obviamente salí corriendo a proclamarle al mundo que puedo unir dos palabras en francés para hacer una frase que se entienda. Abrazo a mi madre, mi tía que estaba en casa me dice que ella no sabía por qué yo estaba nerviosa, si ella tenía plena fe en mí para superar con creces ese obstáculo (claro que mi tía no se imagina lo difícil que es conjugar verbos en francés y ordenar las frases según la estructura que corresponda) y les cuento todo detalladamente con mi hermana y padre presente. Así como les digo a mis pejes y le insisto a Rosa, mi super profe de francés, que haga acto de presencia, aunque ella también estaba convencida que lo haría bien.

También hago mi respectiva proclama por los grupos de Whatsapp que tengo con el resto de mi familia, a lo que llega este mensaje de un primo que vive en España desde hace dos años:


Y pues nada. Un nudo en el estómago del tamaño del Salto Ángel. Se me borra la sonrisa mientras intento pensar en qué responder y espanto la sustancia líquida que intenta salir de mis ojos. Cuando me he calmado salgo para ya-ni-recuerdo-qué y veo a mi tía y a mi madre secándose las lágrimas de lo que pareció una buena llorantina.

Y ya no sonreí más el resto del día (de hecho, tenía el llanto fácil y tenía que cambiar mi tren de pensamiento cada tres por dos). Porque yey-que-felicidad-tener-un-paso-afuera, pero como duele recordar que es un-paso-afuera-de-todos-los-que-amas. Porque esta es la peor montaña rusa emocional que me ha tocado vivir.

Y que si bien una es la que se va, también sufren los que se quedan.

Cancion: Je vole - Michel Sardou (interpretado por Louane)


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