"Tu respiración se acelera, tu estómago se alborota, lo sientes en tu corazón e incluso antes de que lo veas, sabes que siempre estará allí para ti… Al decir estas palabras, cualquier persona pensaría que estoy hablando de un enamorado, sin embargo: las bailarinas y los bailarines sabría que hablo del espectáculo, del ansia que invade el cuerpo antes de bailar, de la emoción y los escalofríos que te abordan al escuchar tu pieza sonar, esa presión en el estómago justo antes de salir y como todo se evapora una vez que estás bailando, ya que dejas de pensar y empiezas a sentir.
Llevo alrededor de seis años pasando por esto, por toda la preparación, el estrés, la dedicación, la devoción y el crecimiento que significa vivir para el espectáculo. Porque las bailarinas y los bailarines somos de los seres más dedicados y disciplinados que pueden existir, muchas veces cambiamos salidas por ensayos, regalos por zapatillas, noches de fiesta por una presentación, ropa de moda por vestuario. Pero no importa lo que tengamos que abandonar, pues el placer y la satisfacción que nos otorga el bailar y dar lo mejor de nosotros en el escenario es suficiente para hacernos felices. Nosotros creemos en el sentir las piezas, en el vivir las melodías, en que hay una interpretación y un sentido para cada momento que se experimenta en el escenario. Por supuesto, ninguna de nosotras hubiese llegado hoy aquí sin el apoyo de nuestras familias, que junto con nosotras han sacrificado fines de semana para que asistamos a los ensayos, que han vivido toda la preparación que conllevan las semanas previas al gran debut, que siempre nos ayudan y solventan cuando hay problemas de vestuario, que siempre están dispuestos a hacer lo necesario para que no nos falte nada y podamos bailar como todos los demás. Tampoco estuviésemos aquí sin la entrega y el amor de nuestras profesoras, ya que ellas son las que siempre están allí, presionando para que las cosas salgan bien, tratando de que cada quien destaque a su manera en la pieza que baile, formando pequeños talentos que algún día florecerán, animándonos a que no nos rindamos fácilmente, a que si las cosas no se dan hoy: mañana habrá una nueva oportunidad para intentarlo.
El ballet, a pesar de lo que muchos digan, me ha hecho una persona plena, me ha permitido desarrollarme a nivel personal y profesional, me ha dado la dicha de compartir con personas hermosas y la oportunidad de aprender y de enseñar a cada una de ellas. El ballet está basado en la disciplina, en el esfuerzo continúo, en la dedicación, en aprender de los errores y ser mejor a partir de ellos, en convertir una agrupación en un solo ser. Más que vida, el ballet es una forma de vivir y como toda forma de vivir, no es para todos; así que los que hoy nos presentamos aquí, los ciento noventa y tres bailarines que conformamos las diecisiete coreografías que van a disfrutar, es porque realmente sentimos devoción por bailar, es porque a cuesta de sudor y dedicación hemos llegado aquí, es porque somos…"
Lo que acaban de leer fue algo que escribí y leí el día de la función de mi acto de ballet (28/07/2012) en el cual fui certificada como bailarina del ballet de La Victoria. Eso que escribí fue producto de los infinitos ensayos, de la constancia y de lo que siento cada vez que bailo.
Recuerdo que un amigo de la universidad, al enterarse de que era bailarina, me dijo que seguramente yo era una persona masoquista, que él no comprendía como las bailarinas, voluntariamente, ensayaban tantas horas, soportaban el dolor y las críticas, las dietas, la frustración y todo eso por lo cual pasábamos. Yo, tranquilamente, le respondí que podíamos manejar todo eso por la satisfacción, la libertad y el placer que nos otorga bailar, que donde el veía sangre en una zapatilla, nosotras veíamos el fruto de algún movimiento que al fin podíamos hacer, que donde el veía lágrimas de frustración, nosotras veíamos una razón para seguir intentándolo y hacerlo mejor, que donde el veía dietas, nosotras veíamos una manera de saltar más alto, de estilizar más la figura y lograr una mejor percepción visual de los movimientos. Con eso, conseguí que cerrara la boca y viera las cosas de manera distinta.
No digo que siempre sea así, que siempre seamos tan decididas y optimistas. Por supuesto que no, son muchos los días en los que provoca dejar todo, botar las zapatillas y más nunca asistir a un ensayo, pero hay algo que nos los impide, algo que nos hace aguantar y soportar todo el esfuerzo que debemos realizar... Es ese algo que está presente cuando nos llegan las zapatillas nuevas, ese algo que sentimos cuando escuchamos la pieza que vamos a bailar -mucho antes de montarle una coreografía-, algo que nos invade al hacer clase, al aprender un movimiento nuevo o cuando, por primera vez, vez esas preciosas zapatillas de puntas con las cuales has soñado desde siempre, con las que cuando llegaste al ballet y viste a las más grandes sabías que te quedarías y aprenderías a usarlas; eso que está cuando tocas el raso, cuando amarras las cintas en tus tobillos y sientes como se moldean a tus pies... Ese es placer único que está cuando vives todo eso: el amor por el ballet.
Este año, también tuve la oportunidad de darle clase a diferentes grupos en la academia, desde las pequeñas de 4 años hasta al grupo donde bailo; pero la experiencia más gratificante son las pequeñas: ya que ellas son como pequeñas esponjas, quieren aprender todo y todo lo que ven lo reflejan, las corriges y solo tienes que hacerlo una vez, porque todas quieren hacerlo bien para la "maestra" Son pequeños ángeles que bailan con cualquier canción, que se emocionan cuando ven Angelina Ballerina y son más felices aun cuando las dejas crear su propia coreografía con el juego del teatro.
Por todo lo que me ha aportado -y por lo que pude seguir enseñándome- el ballet es un arte que perdurará en mi vida. Y si bien no quiero ser bailarina profesional (seamos sinceros, ya estoy vieja para ello) me encanta poder participar en la formación de niñas que puedan llegar a hacerlo y no solo hablo de las pequeñas a las que les di clase por momentos, sino del grupo donde me encuentro, que si una de las cosas que le sobra es talento y dedicación.
FA MUY LINDAS LAS PALABRAS, COMPARTIMOS SENTIMIENTO !!
ResponderEliminarM encanto cada letra desde lo mas profundo del corazón!
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