8 nov 2014

Otra vez.

Me pican las manos por escribirte. 

Es otra vez esa ansiedad loca de querer decirte lo que hago y como me acordé de ti porque una nube tapó el sol.
Es otra vez ese chiste que para ti no lo sería pero igual lo comprenderías y te reirías de que se me ocurran cosas tan tontas. 
Es otra vez esa mirada perdida en el cielo, sonriendo, que solo tú pudieras descodificar que es lo que me tiene feliz allí. 
Es otra vez esas ganas de gastar las madrugadas hablando de los caminos de la vida, las posibilidades, el futuro, el pasado, el presente y los quizás. 
Es otra vez las ganas de querer huir y retomar los planes para ver el mundo. 
Es otra vez esa foto mirándome desde la pared que me dice lo feliz que nos hacíamos y que estábamos mejor juntos. 
Es otra vez el baúl de recuerdos que me grita que junto a ti estaban mis mejores momentos y la mejor versión de mi. 
Es otra vez el chico de las pizzas preguntándome si quiero la mitad con anchoas o no.
Es otra vez la alfombra diciéndome que ya nadie se acuesta a buscarle formas a la madera.
Es otra vez mi calendario advirtiéndome de los juegos de mi equipo favorito ya que no lo haces tú. 
Es otra vez ese playlist de las canciones que alguna vez creíste se parecían a mí, a ti, a nosotros.  
Es otra vez mi almohada susurrándome los secretos que me dijiste y que prometí no le diría a nadie. 
Es otra vez la luna quejándose de que ya nadie me dice que la salga a ver. 
Es otra vez mi día a día que espera que se lo cuente a alguien que pregunte por él. Bueno, no a alguien, a ti. 
Es otra vez el cielo diciéndome que te extraña. 
Es otra vez el reloj diciéndome que no es muy tarde, el mapa que no hay distancias tan grandes y el corazón que te extraña. 

¡Porque como te extraño, joder!